Este jueves, el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso recibió en el Palacio Municipal al obispo Jorge García Cuerva y al pastor Víctor Salinas con motivo de la presentación del denominado “Protocolo para Ritos Fúnebres”.

El pastor Víctor Salinas, el intendente Pablo Grasso y el obispo Jorge García Cuerva. FOTO: MUNICIPALIDAD DE RÍO GALLEGOS

 

En diálogo con La Opinión Austral, el obispo de la Diócesis de Río Gallegos confirmó que el protocolo firmado por el intendente responde a las solicitudes realizadas previamente.

 

Consultado sobre los motivos de esta solicitud, explicó que para los familiares de personas fallecidas por coronavirus la  imposibilidad de realizar una despedida y de inhumar los restos, entre otras situaciones que se presentaban, significaban una inquietud en un momento de tanto dolor.

 

 

Esta circunstancia sumada a los conocimientos de García Cuerva sobre  la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires en 1871, tema de su tesis de historia y las exequias fúnebres y cementerios, eje de su tesis en Derecho, le permitieron contar además con herramientas teóricas para acercar el planteo a las autoridades

 

 

García Cuerva destacó que las sugerencias fueron “muy bien recibidas” por parte del Municipio y señaló que dicho protocolo busca “humanizar el dolor de la despedida”, el cual indicó “no tiene banderías políticas”.

 

 

De este modo, el protocolo, con vigencia desde este jueves, establece:

  • Ingreso al cementerio: se realizará por la puerta de la capilla del cementerio local para su posterior servicio de responso del “último adiós”.
  • Servicio funerario: se autoriza una ceremonia de responso o exequias del “último adiós” en la capilla del cementerio de 15 minutos como máximo, máximo de 20 personas respetando el distanciamiento, uso de tapabocas y evitando el contacto con superficies de acceso común como estatuas, pilas de agua bendita.
  • Disposición final: los cuerpos pueden ser inhumados o cremados. En caso de ser inhumados se podrá realizar en nicho o panteón o en fosa-tierra.

 

Dicho protocolo alcanza a las instituciones privadas que prestan servicio, autoridades competentes del orden municipal, autoridades judiciales, forenses, servicios funerarios y cementerio en el “manejo seguro, transporte y disposición de cadáveres debido a la infección o sospecha epidemiológica por el virus, con el fin de disminuir el riesgo de transmisión en los trabajadores del sector, servicios funerarios, familiares, comunidad general y demás autoridades involucradas”.

 

 

Vale señalar que en lo referido a ritos fúnebres de inhumación en el cementerio local el protocolo es válido también para los fallecidos por otras causas (no Covid-19).

 

 

 

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