El crimen de José Luis Cabezas, el reportero gráfico asesinado el 25 de enero de 1997 en Pinamar, fue recordado este lunes a través de una videoconferencia y con dos actos, en General Madariaga y Pinamar.

 

 

En la capital de Santa Cruz, reporteros gráficos de la ciudad se congregaron en la cruz del cementerio de Río Gallegos para alzar sus cámaras y hacer un minuto de silencio a 24 años del cruento asesinato.

 

A 24 años del crimen de Cabezas, reporteros gráficos se reunieron en el cementerio de Río Gallegos. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

 

 

José “Pato” Silva, reportero gráfico de La Opinión Austral, rememoró en diálogo con el móvil de LU12 AM 680 aquél verano de 1997 cuando se enteró del crimen: “Siempre me levanto temprano y una costumbre que tengo es chequear todos los canales para ver las noticias, había enganchado en varios canales que estaban averiguando sobre el asesinato de un periodista”.

 

 

Silva recordó que las primeras informaciones señalaban que un reportero gráfico había tenido inconvenientes tras asistir a una fiesta de Yabrán y que un custodio lo había seguido.

 

 

Cabezas era fotógrafo de la revista Noticias. Un año antes de que se produjera el crimen, le tomó una foto a Yabrán en una playa de Pinamar, y ese simple suceso constituyó, según determinó una posterior investigación judicial, una afrenta que el entonces propietario de la firma OCA no estaba dispuesto a perdonar.

 

 

El viernes 24 de enero, el periodista Gabriel Michi y el fotógrafo de Noticias destacados en Pinamar concurrieron a una fiesta que organizaba el empresario Oscar Andreani y llegaron en un Ford Fiesta Blanco en el que se desplazaban.

 

Acto por el Día Nacional del Reportero Gráfico y homenaje a José Luis Cabezas en el gimnasio del Salesiano. Foto: José Silva/La Opinión Austral

 

A las 4:00 del 25, Michi se retiró y Cabezas decidió quedarse para hacer unas fotos más, pero decidió irse una hora después.

 

 

A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentró del Ford Fiesta quemado con alcohol metílico; tenía sus manos esposadas y dos proyectiles de un arma calibre 32 alojados en su cavidad craneana.

 

 

“No me podía imaginar tanta saña para matar a una persona. Matarlo, quemarlo, es muy mafioso”, manifestó Silva sobre el homicidio.

 

Cabezas fue el primer trabajador de prensa que murió como consecuencia de su trabajo desde la recuperación democrática, en un hecho perpetrado por personas vinculadas al empresario postal Alfredo Yabrán.

 

 

 

 

 

Jorge Ibáñez y José Silva en el acto homenaje en la Plaza San Martín en 2020: Foto: Mirta Velásquez/La Opinión Austral

 

 

Por el crimen fueron condenados los policías Gustavo Prellezo, Aníbal Luna y Sergio Camaratta; también fue sentenciado Gregorio Ríos, jefe de seguridad de Yabrán, y los integrantes de la banda “Los Horneros”, Sergio González, José Luis Auge, Horacio Braga y Héctor Retana en tanto que Yabrán, considerado como el autor intelectual “mediato” del crimen, no llegó a ser juzgado porque se suicidó en mayo de 1998.

 

 

“Todo lo que pasó en estos 24 años… ninguno culpable, algunos fallecieron, otros vaya a saber dónde están. Esta es la Justicia que tenemos, 24 años y hay una familia destruida, la hermana sigue con este vacío, los padres no están más, queda los hijos, la mujer”, señaló y agregó “especialmente a la más chica le van a tener que explicar la historia, quién fue su papá y porqué lo mataron, quiénes fueron los que lo mataron”.

 

 

“Lo que decía Yabrán es ‘si me sacan una foto, es como si me pegaran un tiro’, realmente cumplió con esa supuesta amenaza o ese slogan que tenía. Uno ya sabe lo que tiene que hacer cuando te dicen que ‘no’ para sacar una foto, se hace lo imposible”, señaló.

 

 

El crimen de Cabezas, reflexionó, marcó un antes y un después. “Creo que de ahí para acá muchos comenzaron a sentir más la profesión. Este año cumplo 30 años haciendo reportería gráfica, fue lo único que hice, bien o mal, todos los que trabajan en redacción saben que el reportero gráfico es el que más solo está en la calle, en la cobertura, en la madrugada. Y es el menos reconocido, a veces parece que tuviera más fuerza una nota a tal personaje que una buena imagen”, sostuvo.

 

 

“Uno trata que esta fecha no se pierda. Espero que las nuevas generaciones, cuando se cuelguen una cámara en el cuello, sepan quién fue José Luis Cabezas y sigan con esto”, anheló Silva.

 

 

Para cerrar, manifestó “ojalá las nuevas generaciones llevar esta profesión, dignificarla y que siempre sea dos: 1-2 con el periodista, como a mí me enseñaron que soy la nuca del periodista”.

 

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