Angus tiene seis años y necesitaba medicamentos, así que su mamá, Natividad, fue a comprar a una farmacia céntrica de Río Gallegos, como cualquier ciudadano en esa situación. Sucede que el niño tiene autismo y necesita atención preferencial, algo que, de hecho, es ley nacional y provincial.

Su mamá contó a La Opinión Austral el mal momento que pasaron cuando fueron al comercio ubicado sobre la avenida Kirchner al 1000. “Mi hijo está enfermo, entonces voy a la farmacia donde entro con él porque no lo puedo dejar solo. Me acerco al mostrador y le digo al señor de la caja si podía atenderme por favor con prioridad porque mi hijo tiene autismo”, relató.

De mala manera, describió, “me dijo que vaya a ponerme a la caja, me paré ahí, mi hijo empieza a incomodarse y el hombre me grita desde la otra punta el número de atención del turno y le dije que yo tenía carné”.

En ese momento, contó Natividad, “me dijo que entonces iba a tener que esperar a que termine con el resto de las personas“. Todo, en malos modos.

“Entonces me retiré, entré a otra farmacia donde apenas puse un pie me dieron atención preferencial enseguida“, mencionó la mamá de Angus. “Me pareció fea la situación porque nos observaban cómo estaban haciendo abuso de una prioridad de derecho de mi hijo, y en realidad los que no conocen bien el autismo no saben qué les causa a ellos estar tanto tiempo dentro de un lugar con gente desconocida“, señaló con preocupación.

Natividad dijo que hizo pública la situación porque busca concientizar sobre lo sucedido y, en particular, sobre los derechos de las personas con autismo.

Pretendo poder hacer algo por mi hijo, para que mi hijo el día de mañana pueda pisar una farmacia y comprar sin tener ningún tipo de problema, ni pasar por ninguna situación que lo estrese, gracias a que alguien hizo algo para concientizar y que tenga su prioridad como corresponde”, detalló. Natividad expresó que “como mamá el día de mañana espero saber que hice algo para hacer una diferencia”.

El comercio está ubicado sobre la avenida Kirchner al 1000.

“Ellos son niños que tienen otra percepción sensorial de todo, de sonidos, olores, colores, entonces a veces un conjunto de cosas a veces los hacen explotar y son bastante dolorosas si uno no lo sabe llevar, que nadie nace sabiendo, uno no está preparado para enfrentar estas situaciones hasta que uno se capacita y tiene que hacer frente a la situación lo mejor posible”, contó.

Tal como expresó, hasta que pasa esto, “pasan muchos hechos frustrantes y uno se acongoja en vez de hacer algo al respecto, es todo un proceso que lleva darse cuenta que nosotros hacemos el cambio y estamos para hacer una diferencia en cómo son tratados nuestros hijos y luchar por la inclusión”.

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