Por Sabrina Pont

El coronavirus se instala en la agenda del Gobierno nacional y deja en suspenso todos los temas que hasta hace apenas dos semanas aparecían como cuestiones prioritarias, como el incremento de las tarifas de los servicios energéticos, pasado el congelamiento que vence en junio. Las distribuidoras abren el paraguas y advierten que se podría afectar la calidad de la prestación.

El Gobierno nacional no ha tomado decisiones en materia de energía desde que asumió, salvo el congelamiento de tarifas por 180 días en el marco de la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
En diciembre, con la norma se estableció que las tarifas de electricidad bajo jurisdicción nacional (de las empresas que operan en el área Metropolitana de Buenos Aires) y del gas en todo el país se iban a mantener sin cambios hasta el mes de junio. Y además, en el mismo texto se dispuso la renegociación y revisión de la tarifaria integral durante ese período y también que el Gobierno nacional intervenga los entes reguladores de la electricidad (ENRE) y del gas (Enargas) por el término de un año, pero hasta el momento nada de eso ocurrió.
El resto de los anuncios sobre cómo se va a salir de este nuevo “stand by tarifario” cuando termine el plazo establecido para empezar a delinear un cronograma de inevitables ajustes, no fueron más que trascendidos o ideas de algunos funcionarios que después fueron desmentidas por el propio Alberto Fernández.
Mientras se buscaban respuestas en relación a cómo se iban a actualizar las tarifas de los servicios energéticos para cuando llegue el vencimiento del congelamiento en junio, aterrizó en el país el coronavirus para ocupar completamente la agenda del Gobierno nacional y del país en su conjunto. Esto puso en pausa todos los temas que hasta hace apenas dos semanas aparecían como cuestiones que requerían soluciones urgentes.
La postergación de las definiciones en materia energética se endureció con la confirmación de los infectados por la ya declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud. El temor instalado en la sociedad y las medidas extremas de prevención que se toman en los países más afectados evidencian la necesidad de implementar acciones inmediatas a nivel local.

Hay tiempo

En este contexto, el descongelamiento tarifario que se planteó para el mes de junio parece dar un poco más de margen al Gobierno nacional ante tanta urgencia. Incluso antes de que la enfermedad llegue al país, la cuestión de las tarifas no parecía ser una prioridad para el Presidente, quien había adelantado no tener “en carpeta” la posibilidad de un aumento para después de junio, a pesar de que el Fondo Monetario Internacional había pedido definiciones sobre el tema en pleno proceso de renegociación de la deuda.
En tanto, las distribuidoras ya advierten que si se extiende el “stand by tarifario”
podría afectarse la prestación. “En 2019 aumentaron los costos en un 50% y tuvimos los ingresos planos. Si esto se extiende en el tiempo podría verse afectada la calidad del servicio”, así lo manifestó el country manager en la Argentina de la italiana Enel, controlante de Edesur, Nicola Melchiotti, en el marco de la inauguración de un centro de capacitación de Edesur en Tristán Suárez (Ezeiza).
Para el directivo, en los últimos 12 meses la casa matriz de Enel giró $ 8.000 millones para cubrir la operación local de Edesur, fondos que deberían haber correspondido a mayor facturación tarifaria de haberse mantenido el esquema acordado en la última revisión tarifaria integral.

Sin plan

“Si no se controla el problema de la inflación en los próximos tres a seis meses, va a haber un problema con las tarifas cuando se quieran descongelar o sincerar”, advierte a SCP el economista y miembro del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”, Alejandro Einstoss.
Este año no habrá problemas si no se toman medidas, porque según referentes del sector el sistema tiene reservas y tiene muchas; sucede que con la recesión actual la demanda es baja y queda un resto.
Einstoss sugiere que quizás en 2021 sí se requiera importar más insumos energéticos. “Sin ir tan lejos, se viene el invierno y no sabemos cómo se va importar el gas, de hecho no hay nadie designado en la estatal Enarsa, que no lo produce pero sí lo importa para su comercialización. Y hay que definir qué precio del gas le vas a cobrar a los residenciales. Son muchas preguntas sin respuesta”, señala el especialista.
Pero advirtió que “más allá de que aún no tengamos novedades con respecto al congelamiento, no se puede hoy repetir la historia que aconteció entre los años 2003 al 2015, porque ahora no contamos con un Estado con fondos para financiar subsidios, ni dólares para financiar exportación.

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