Persiguiendo el reconocimiento, las principales agrupaciones del país celebran el “Día de la Cocinera” este 1° de septiembre. Particularmente, durante el 2020 y en un contexto sumamente particular, fue el primer año donde la jornada fue “no laborable”. La Opinión Austral se acordó de las manos mágicas que le dan sabor a las cocinas de las ollas populares en Río Gallegos y rescató sus testimonios.

Érica, la encargada de llevar el mando en la cocina del merendero “Sonrisas del Sur”.

“Personalmente es algo muy satisfactorio, saber que podemos llegar a los vecinos desde nuestro humilde lugar”, comenzó la charla Érica, la cocinera del merendero “Sonrisas del Sur” en el barrio Bicentenario I. Enseguida, la responsable de cumplir con decenas de familias tantos fines de semana, compartió: “Es una caricia en el alma”. Cada mensaje recepcionado sobre la comida o la leche, me emociona”.

“El poder servir a los demás, es lo más gratificante de esta vida”.

ÉRICA

SONRISAS DEL SUR

Volviendo a su posición en el merendero, dijo: “Una sonrisa del niño o un gracias, cuando lleva la leche a su casa, es tan puro y noble, lo más lindo. El ser útil y servir a los demás, es lo más gratificante de esta vida”. Aunque no habló de ella sola, se refirió a sus compañeros: “Cada vez que terminamos una jornada, nos aplaudimos y se siente la alegría de que pudimos lograr un plato de comida más”.

Un equipazo

En Manitos Verdes, del barrio Madres a la Lucha, sucede algo muy similar: la olla popular sale de memoria y el trabajo de esas cocineras es una conjunción de amor y compromiso. “Es algo muy importante en nuestra vida, porque lo hacemos cotidianamente en nuestros hogares”, soltó Mónica López, referente de la organización solidaria en Río Gallegos.

Mujeres y compromiso en Manitos Verdes: una jornada para reconocer a estas vecinas. (FOTOS: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL).

“Pensamos mucho en la familia y los niños, poniéndole amor para que no falte algún caldito o todas las verduras que podamos incluirle. Es un acto de amor, estoy contenta y agradecida de pertenecer a un grupo como este. Siempre pensando en los que necesitan y menos tienen, cerró López.

“Es un acto de amor, estoy contenta y agradecida”

MÓNICA LÓPEZ

MANITOS VERDES

Cada sábado en la capital santacruceña, Manitos Verdes ofrece un almuerzo para más de 200 familias que se acercan desde diferentes puntos de la ciudad en busca de un plato de comida. Desde acá: un feliz día gigante para semejantes cocineras.

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