Tal como ocurrió a principio de año y a fines de 2017, ayer volvieron a trascender más casos de envenenamiento de perros en la ciudad. Se denunció la utilización de veneno en el B° 152 Viviendas, en inmediaciones al Hospital Regional y también en la zona de la costanera, donde se encuentra el Parque Urbano.

La problemática de la superpoblación canina en Río Gallegos ha alcanzado niveles extremos. Más allá de ser un debate instalado que genera discrepancias con respecto a qué hacer con los “callejeros” y a cuáles metodologías acudir para controlar la población, hace ya tiempo se viene visibilizando en la ciudad la utilización de veneno para matar perros en determinados sectores.

A mediados del año pasado trascendieron varios casos y también hacia fines de 2017 en barrios como del Carmen y Evita, donde además de morir varios canes -algunos de la calle y otros tantos con dueño-, también fallecieron algunas aves producto de consumir el veneno, que se había colocado en trozos de carne.

Este año también hubo algunos casos, principalmente entre enero y marzo, aunque se estima que han sido muchos más de los que se dieron a conocer vía redes sociales o por denuncias propias.

En la jornada de ayer volvieron a hacerse públicos algunos casos más de envenenamiento. Según pudo conocer La Opinión Austral, fueron entre cinco y diez canes los que perdieron la vida en los últimos días a causa de ingerir veneno en las calles. Los casos se dieron en el B° 152 Viviendas, en inmediaciones al Hospital Regional Río Gallegos y también en la zona de la costanera, más precisamente en cercanías al Parque Urbano.

Estos lamentables hechos se dan en el marco del tenso conflicto que mantienen proteccionistas y concejales de la capital con respecto a qué medidas tomar con respecto a la superpoblación canina, pero más precisamente a qué modificaciones realizar en la ordenanza que rige el control y accionar del área Bienestar Animal.

Ambas partes coinciden en que para controlar la situación la esterilización quirúrgica es el arma más fuerte, pero para que esto surja efecto y sea verdaderamente efectivo, el método deberá ser gratis y masivo, algo que resta resolverse principalmente en el segundo aspecto, porque el área de Bienestar Animal ya realiza las cirugías gratuitamente. También se necesita y se apela a un mayor compromiso de los vecinos con respecto a llevar a castrar a sus animales, así como también en su cuidado.

Según el último censo poblacional de canes, en Río Gallegos hace unos años había 70 mil perros, pero se estima que este número se ha acrecentado significativamente en varios miles, aunque no haya cifras oficiales.

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