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La mañana del miércoles en la ciudad de 28 de Noviembre estuvo marcada por un curioso episodio que, aunque no pasó a mayores, puso de manifiesto las dificultades cotidianas que enfrentan los vecinos en algunos barrios con calles de tierra. Una camioneta quedó atascada en el barro en la zona del barrio 700 Lotes y debió ser auxiliada por los bomberos de la Policía de Santa Cruz, que intervinieron con rapidez para resolver la situación.
El hecho ocurrió en inmediaciones de la terminal de ómnibus, donde un vecino que circulaba a bordo de una Ford Ranger quedó completamente inmovilizado en una de las arterias afectadas por el barro, producto de las lluvias recientes y el mal estado de las calles. De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo saber que, ante la imposibilidad de salir por sus propios medios, el conductor dio aviso y solicitó la asistencia de los bomberos.
Fue así que una dotación de la División Cuartel 14 de Bomberos de la Policía provincial acudió al lugar con el móvil 909. Con la experiencia y el equipamiento adecuado, el personal desplegó una maniobra sencilla pero efectiva: utilizaron una linga de rescate para enganchar el vehículo y arrastrarlo hasta una zona segura, donde el conductor pudo retomar su camino sin mayores inconvenientes. Afortunadamente, no hubo personas lesionadas ni se registraron daños materiales significativos.
El episodio, más allá de lo anecdótico, refleja una realidad conocida por muchos habitantes de la localidad: las complicaciones que generan las calles de tierra cuando las lluvias intensas convierten los caminos en verdaderos lodazales.
La intervención de los bomberos fue destacada por quienes presenciaron el rescate, no solo por la rapidez de la respuesta, sino también por la predisposición del personal para asistir en situaciones que, aunque no implican riesgos graves, forman parte del servicio comunitario que brinda la fuerza.
El conductor de la camioneta, aliviado, agradeció la colaboración y continuó su trayecto sin mayores sobresaltos, aunque no sin antes advertir sobre lo riesgoso que resulta circular por ese sector de la ciudad después de cada lluvia. La postal de un vehículo encajado en el barro, acompañado de la llegada del móvil de bomberos, no es ajena a la vida cotidiana de varias localidades de la cuenca carbonífera.
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