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En un país donde el grito de “Ni Una Menos” resonó fuerte, pero donde los casos de abuso sexual aún enfrentan estigmas y defensas injustificadas, el grupo Yo Sí Te Creo de la Cuenca Carbonífera (Río Turbio y 28 de Noviembre) alza la voz. Acompañando juicios y exigiendo sentencias justas, denuncian la naturalización de la violencia y la protección de privilegios que silencian a las víctimas.

En las últimas semanas, mientras la justicia deliberaba sobre casos de abuso sexual en la región, las integrantes de Yo Sí Te Creo estuvieron presentes, firmes en su reclamo: “Justicia, no silencio“. En una sociedad donde el tema sigue rodeado de mitos y prejuicios, el grupo advierte que “defender a los abusadores no solo perpetúa el dolor, sino que refleja una estructura social que prioriza el statu quo sobre los derechos humanos”.

La Cuenca Carbonífera, una zona con una fuerte identidad comunitaria y tradiciones arraigadas, no escapa a esta problemática. “Acá, como en muchos lugares del país, todavía pesa el ‘qué dirán’, el miedo a romper con lo establecido”, explican desde el colectivo. Pero subrayan que “proteger privilegios no puede estar por encima del sufrimiento de quienes vivieron el horror del abuso“.

Desde una perspectiva psicosocial, el grupo sostiene que el acompañamiento colectivo es fundamental para la reparación de las víctimas. “No se trata solo de castigar al agresor, sino de que la víctima sienta que no está sola, que su voz importa“, afirmaron en un comunicado al que tuvo acceso este medio. Y en un contexto donde muchas veces prima la desconfianza o la manipulación para desacreditar testimonios, reclaman comunidades más alertas, informadas y dispuestas a escuchar

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