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El gobierno del presidente Javier Milei decidió suspender este año el tradicional desfile militar por el Día de la Independencia, previsto para el próximo miércoles 9 de julio, confirmaron días atrás fuentes del Ministerio de Defensa.
La medida, que apunta a evitar el gasto que implica un despliegue de esa magnitud, generó sorpresa, ya que en 2024 la gestión libertaria impulsó el evento, lo valoró públicamente y lo repuso tras su interrupción durante la presidencia de Alberto Fernández.
Aquella jornada quedó igualmente en la memoria por mostrar, por última vez, a Milei y a la vicepresidenta Victoria Villarruel juntos y sonrientes, posando sobre un tanque militar.
Desde entonces, la relación entre ambos se volvió cada vez más tensa, hasta romperse casi por completo: apenas coincidieron en algunos actos oficiales donde predominó la frialdad y el distanciamiento.
El desfile del año pasado se llevó a cabo con toda la parafernalia militar en un tramo de la avenida del Libertador, en el barrio porteño de Palermo. Participaron más de 6.000 integrantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, junto a más de 2.000 veteranos de la Guerra de Malvinas.
El costo, el argumento central de la suspensión
Este 2025, sin embargo, primó la “motosierra”. Presidencia de la Nación y el Ministerio de Defensa, encargados de organizar el evento, resolvieron cancelarlo.
La edición anterior demandó más de 720 millones de pesos —unos 720.000 dólares al tipo de cambio oficial de entonces— y, ajustado por inflación, su reedición rondaría los 1.000 millones.
El desfile del 9 de Julio fue una constante durante décadas, hasta que dejó de realizarse con la llegada de Néstor Kirchner al poder. Tampoco se retomó durante las gestiones de Cristina Fernández, y recién volvió a concretarse cuando Mauricio Macri asumió la Primera Magistratura.
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