Your browser doesn’t support HTML5 audio
Las estaciones de servicio conocidas como “blancas” comenzaron a aplicar -en su mayoría- ajustes en los precios de venta al público del gasoil y las naftas, después de recibir el petróleo a granel con aumentos por parte de los proveedores mayoristas, lo que podría anticipar un incremento generalizado de todos los expendedores a partir de febrero.
La información fue publicada por el portal especializado Surtidores, en lo que se atribuyó a una de las primeras consecuencias del aumento del petróleo Brent, tomado como referencia por el mercado de combustibles local.
Hasta la semana pasada, las estaciones blancas “ofrecían precios más bajos que las de bandera, pero con este cambio, los valores de la nafta y el gasoil se han equiparado, eliminando la ventaja competitiva que solían tener”, aseguró.
Ese ajuste podría ser menor al previsto inicialmente, ante las últimas reacciones del mercado del crudo luego de la asunción presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, que generó como primera reacción una baja del barril de Brent del 1,21%.
Sin embargo, una mirada de largo plazo relativizaría esa baja diaria, ya que los valores del petróleo del Mar del Norte de enero son en promedio un 10% mayores que los de diciembre de 2024.
¿Qué son las estaciones blancas?
Dentro del mercado de expendio de combustibles, se denomina “blancas” a las estaciones de servicio independientes de los operadores petroleros, por lo general a cargo de pymes familiares.
De acuerdo a relevamientos privados, las estaciones blancas representan el 30% del total de puestos de venta de combustible en todo el país y en conjunto suman un número superior al de cualquier compañía, con la excepción de YPF.
Factores que determinan los precios
Los precios de las naftas y el gasoil se ajustan periódicamente, según la evolución de tres factores: la devaluación del peso respecto del dólar oficial, los montos fijados para los impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono y, por último, el precio internacional del crudo, específicamente la variante Brent del Mar del Norte.
El aumento de los combustibles en 2024 obedeció a la combinación de esas tres variables, con mayor impacto en la primera mitad del año a raíz de la devaluación del peso del 13 de diciembre de 2023 y la adecuación paulatina de los montos de los impuestos a los combustibles, que habían sido congelados durante 2022 y 2023.
Esos dos impuestos se ajustan trimestralmente en función de la inflación, por lo que hubo que sumar a la suba de precios minoristas de los meses de 2024 la de los veinticuatro meses anteriores, en un proceso que aún no se completó.
Crawling peg: un alivio parcial
Un factor que atenuará la suba es la decisión del Banco Central de reducir del 2% al 1% mensual la devaluación del peso respecto del dólar oficial, aunque el aumento del Brent podría neutralizar ese efecto positivo.
El Brent alcanzó la semana pasada su mayor cotización desde agosto del año pasado, en una tendencia que es atribuida a los analistas del mercado de hidrocarburos a dos motivos.
Por un lado, las tensiones entre Rusia y los países de la Unión Europea, fogoneadas por las recientes sanciones y con inquietud en torno a cómo será la relación entre Trump y Vladimir Putin. Pero a eso se le suma un invierno más severo en Europa, con temperaturas que llevaron a un incremento de la demanda de combustibles fósiles.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario