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Este miércoles el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires bloqueó el acceso a la plataforma de videojuegos en línea Roblox desde todas las redes de escuelas públicas porteñas, debido a la denuncia presentada por familias de un establecimiento educativo estatal tras detectar un presunto caso de grooming que involucró a estudiantes fuera del horario escolar.
Respecto de este tema habló en LU12 AM680, María Zysman, psicopedagoga, fundadora y presidenta de “Libres de Bullying”, quien se refirió a los cuidados que hay que tener en la utilización de los juegos y con Internet, situación que cada vez preocupa más a las familias de todo el país, entre ellas, las santacruceñas.
Específicamente sobre Roblox, indicó que es una plataforma que tiene muchos juegos. “Uno como adulto por ahí llega a saber que los chicos están jugando a Roblox, pero no sabe muy bien a qué juego están jugando”, dijo para empezar. Habló de la utilización particularmente los chicos que van a primaria y dijo que en la Patagonia, por el clima, los chicos están mucho más adentro y están mucho más metidos en dispositivos. “Para mí por ahí sería fácil decir traten de que no los usen, pero sé que es muy difícil”, sostuvo.
“Lo que está bueno es conocer a qué juegan” ya que “en la plataforma (a los chicos) les va a parecer qué juego están jugando los chicos del mundo, y todos los chicos entonces lo quieren jugar. Hay uno particularmente que ahora consiste en robar unos muñequitos, llamémosle que son los ‘brainrot’, este de cocodrilo que bombardea o el tiburón con zapatillas, este año se puso como muy de moda entre los chicos”.
Como consecuencia de esto, “ahora lo que aparece es que les genera mucha rabia, mucho enojo, mucha ansiedad, mucha urgencia de participar por ahí los fines de semana de eventos que se generan en estos mismos juegos. Son juegos en donde juegan con otros jugadores, no es un juego solo. Y estos eventos si no van se pierden los regalos”. Entonces, “se generan cantidad de situaciones a nivel familiar en donde se pelean, discuten por qué no puede dejar de jugar”. Incluso, “hay chicos que venden estos muñequitos, o sea, se despliegan un montón de otras problemáticas y que nos hacen pensar en los riesgos que tiene dejar un niño solo con un dispositivo de este tipo este con Wi-Fi”.
Zysman indicó que los chicos empiezan cuando son muy chiquitos. “A mí me parte el corazón cuando veo nenes, bebés en carritos que tienen un celular a la mano, y la verdad que los adultos que los quieren, los cuidan, es como que se maravillan de que tan chiquito pueda encontrar su videito de YouTube preferido. Y la verdad que usar un celular es muy fácil, es muy intuitivo; es tan fácil que no hace falta gran despliegue para aprender”, sostuvo.
“Está comprobado científicamente las grandes dificultades para prestar atención que genera la exposición”. María Zysman.
“El tema es que no se lo demos, porque cuando se los damos muy chiquitos empiezan a entrar en juegos, que no necesariamente el juego en sí tiene un contenido feo, sino que la única manera que tienen de entretenerse, sea con pantallas que se mueven, que tienen sonidos, luces, que las pueden cambiar cuando quieren”, al tiempo que agregó: “Ya está comprobado científicamente las grandes dificultades para prestar atención, grandes dificultades para desarrollar el lenguaje, para interactuar con otros, para esperar, para tomar turnos, para frustrarse, el uso de dispositivos desde muy chiquitos ya mostró que esto se genera”.
Por eso, “a veces es importante separar los riesgos que tiene el acceso a los chicos este sin cuidado a este tipo de lugares” y añadió: “Por una parte están los contenidos que pueden ser violentos, pueden ser de sexo, pueden ser incomprensibles, inadecuados. Por otra parte está el tiempo de utilización y por otra, está el trato con personas”. En ese punto, alertó: “En internet hay de todo, hay chicos jugando y hay grandes buscando presas para hacer cometer delitos”.
Zysman: “En internet hay de todo, hay chicos jugando y hay grandes buscando presas para hacer cometer delitos”.
Seguidamente, explicó que el grooming es un delito y que es la acción de un adulto que busca obtener material de tipo sexual de niños, niñas o adolescentes para después cometer otros delitos. “En principio monetizan ese contenido, los convencen muy rápidamente, tienen formas de acceder a ellos y no es que sean chicos malos ni depravados ni nada por el estilo, sino que son niños que no entienden ciertas intenciones del otro, que no que no sospechan, que saben que no tienen que poner su dirección particular, pero no se dan cuenta que muchas veces dan mucha información sin tenerlo muy en claro”.
“Los pedófilos también toman información de los niños, la toman de las redes de sus padres. Entonces también hay que pensar cómo los adultos exponemos a nuestros hijos o nietos o sobrinos en internet. ¿Qué tipo de información damos de los chicos? Porque eso quién sabe que quién es un delincuente sabe cómo tomar esa información para hacer el daño”, sostuvo la profesional.
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