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El precio del petróleo Brent, que registró una caída del 10% en septiembre y perforó los 70 dólares por barril por primera vez desde 2021, podría impactar el mercado local del crudo a partir de octubre. Este escenario abre una oportunidad para que el gobierno actualice los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que han permanecido desactualizados.
El cobro del ICL fue el recurso utilizado por la gestión anterior para mantener bajos los precios de los combustibles generando una pérdida de recaudación fiscal estimada en 5.000 millones de dólares entre 2021 y 2023. La administración de Javier Milei, mediante el decreto 107/2024, trazó un plan para recuperar gradualmente el valor pleno del ICL, con el objetivo de mejorar la recaudación fiscal.
Impacto en los precios locales
Según Economía y Energía, el litro de nafta debería aumentar en promedio 189 pesos en los surtidores para recuperar el ICL, lo que representa un 15% del precio final. Para el gasoil, el aumento necesario es de 111 pesos, aproximadamente el 10% del precio actual. Sin embargo, la reciente baja del Brent podría alterar estas cifras y permitir una actualización fiscal sin grandes impactos en los precios.
Escenario internacional y mercado local
La caída del Brent se atribuye a un menor crecimiento económico en China y, en menor medida, en Estados Unidos. Si esta tendencia se mantiene, es probable que los precios locales también disminuyan, dando margen al gobierno para actualizar los impuestos a los combustibles sin afectar significativamente a los consumidores.
En el corto plazo, el mercado downstream se prepara para renegociar los precios del crudo Medanito, con refinadores que ya anticipan pagar menos de los 68 dólares por barril que desembolsaron en agosto. La estabilización del Brent por debajo de los 70 dólares podría desencadenar ajustes en los precios locales y permitir al Estado actualizar los tributos sin presionar al alza los precios en los surtidores.
El gobierno enfrenta una oportunidad fiscal clave: aprovechar la baja del Brent para recuperar parte de los ingresos perdidos y fortalecer las cuentas públicas, un objetivo que podría concretarse en los próximos meses si se consolida la caída del precio internacional del crudo.
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