Your browser doesn’t support HTML5 audio

Por Hugo Ferrer

La de este sábado fue especial por la celebración del número 50.

Como lo dijo el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, llevó la “homilía en la mochila” para ser el primer peregrino.

Sin dudas, los 60 kilómetros de distancia que hay entre el Santuario de San Cayetano, en Liniers, y la Basílica de Luján “parecen poco” para los que se animan a realizar ese recorrido. Tal es el caso de Carlos Ventura, jefe de fotografía de Crónica. Cumplió su promesa y llegó a pie. Las anteriores 17 caminatas que hizo siempre lo tuvieron con el mismo entusiasmo y esfuerzo.

La Peregrinación Juvenil a Luján está llena de historias. De esfuerzos y milagros. Como cada  año miles de personas llegan desde todo el país para pedir y agradecer. Es la de fe de los argentinos y de todos aquellos fieles que aún de otros países veneran a la Virgen.

Ventura salió a las dos de la mañana desde Liniers. La música con todos los ritmos, jóvenes, grandes, chicos, familias. De a uno, y de “a montones” se fueron sumando. En el trayecto, había luz, estaba a oscuras y se escucharon todas las voces. Al comienzo, el paso firme y constante.  También se incorporaron los que salieron de los boliches. Sin escalas, de la pista de baile a la Basílica.  El reloj parecía “pararse”.  Los pasos que se alternaban entre los lentos y los que iban más rápido. El agua que no alcanzaba. Los pies empezaron a doler.

“Estoy destrozado, pero sólo el amor a la profesión te lleva a hacer estas cosas”, le reveló a La Opinión Austral.

Como reportero gráfico vivió todas las batallas y las más destacadas coberturas periodísticas. Tardó 12 horas y supo que no podía faltar en esta peregrinación. Una alfombra humana colmó la plaza principal. Las piernas levantadas y sin las zapatillas, miró desde el suelo la cúpula de la Basílica. Pasaron los minutos. Recuperó fuerzas y se hizo la selfie.

Casi como un legado, a pie, por la fe y la pasión por la fotografía, cumplió con su palabra, tal como se lo prometió a su papá Carlos: “Por vos, jamás voy a dejar de hacer fotos y de ir a ver a la Virgen de Luján.”

Leé más notas de Hugo Ferrer