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El mundo del espectáculo argentino despide con profundo dolor a Antonio Gasalla, una figura clave del humor en la televisión y el teatro nacional. Su fallecimiento se confirmó durante la mañana de este 18 de marzo, causando una gran conmoción en el ambiente artístico y en sus seguidores.
El capocómico había salido del Sanatorio Otamendi, en la Ciudad de Buenos Aires, apenas una semana antes. La noticia fue comunicada por el productor Carlos Rottemberg a través de las redes sociales del Multiteatro: “Cierra una página del humor en nuestro país. Nuestras condolencias a su hermano Carlos y familia”.
Según trascendió, su familia lo acompañó en sus últimos momentos y agradeció las numerosas muestras de afecto. Su partida causó un fuerte impacto en el ambiente artístico, donde su legado como comediante y creador de personajes inolvidables —como Mamá Cora, la abuela despistada y entrañable de Esperando la carroza (1985)— dejó una huella imborrable.
De qué murió Antonio Gasalla
A los 84 años, el actor enfrentaba un cuadro complejo, agravado por la demencia senil que lo aquejaba desde hacía tiempo. Si bien la semana anterior recibió el alta tras diez días de internación por una neumonía severa, su estado continuaba siendo delicado.
Carlos, su hermano, contó días atrás que la situación había empeorado ya que no podía ni siquiera caminar. “Quiero ser claro: tiene demencia senil. Es una enfermedad que va a seguir avanzando. Antonio no tiene conocimiento ninguno, no habla”, expresó con crudeza.
Marcelo Polino también se refirió al delicado estado del humorista: “Antonio está bastante complicado. No camina, no nos reconoce desde hace más de un año. Ya casi no habla, se alimenta por un botón gástrico. Es un panorama muy triste”.
Si bien quienes lo rodeaban sabían que este final era inminente, el dolor por su partida resulta inmenso. Lo mismo sucede con el público que lo acompañó durante décadas y disfrutó de su humor inconfundible.
Antonio Gasalla: un legado de humor y talento
Gasalla deja una huella indeleble en la cultura popular argentina. Con su ingenio y capacidad única para hacer reír, construyó personajes inolvidables como “La Abuela”, “Mamá Cora” y “Flora, la empleada pública”, entre tantos otros. Sus obras en la Calle Corrientes fueron sinónimo de éxito durante años, consolidándolo como uno de los grandes referentes del teatro nacional.
Además de su prolífica trayectoria teatral y televisiva, también brilló en el cine, con destacadas participaciones en títulos como La tregua (1974), Esperando la carroza (1985) y Dos hermanos (2010). Su talento arrollador y su presencia escénica le valieron numerosos reconocimientos, tanto del público como de sus colegas.
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