La abuela paterna de Loan Danilo Peña, el niño de 5 años que desapareció el pasado jueves 13 de junio en la localidad de 9 de Julio, Corrientes, señaló al “Pomberito” como una de las posibles razones por las cuales se desconoce el paradero de su nieto.
Catalina Peña, quien fue organizadora del último almuerzo en el que se le vio al menor, hizo referencia este martes a la extraña criatura reconocida en la región.
Según alegó la mujer de 86 años en una entrevista televisiva, se esconde en “los huecos de los árboles” para raptar personas y “te hace perder por ahí”.
La abuela del Loan -por cuya desaparición hay seis acusados del delito de trata– ahondó en su versión de una presunta injerencia del duende.
“Es el diablo que sale al mediodía, cuando calienta el sol”, agregó. En ese sentido afirmó: “Me dijeron que quizás el ‘Pomberito’ se lo llevó”.
¿Quién es el “Pomberito”?
De acuerdo a la tradición, es un tipo de duende o gnomo que tiene origen en las leyendas guaraníes, que habita las zonas rurales y en las regiones del norte y el litoral Argentino, Bolivia, el sur de Brasil, el norte de Uruguay y Paraguay.
La historia detrás de la mítica figura varía según la región. En Argentina es más popular en las provincias de Chaco, Misiones o Corrientes.
Se dice que vive en los árboles y protege la naturaleza, y llega a castigar a aquellos que dañan la flora y la fauna, quienes le faltan el respeto al medio ambiente.
Sin embargo, también se cree que el presunto duende puede ser vengativo y castiga a quienes no respetan su territorio o se burlan de él. Además, la leyenda sostiene que puede llegar a secuestrar a niños que se meten en el bosque sin permiso.
También suele confundir a las personas con los sonidos que emite, muy similares al de los pájaros. A su vez, se lo acusa de golpear a la gente y robarles, y de esconderse en lugares abandonados y despoblados.
Otras acciones que se le atribuyen es el abuso de mujeres. Se dice que tiene un fuerte e irrefrenable deseo sexual hacia el sexo femenino, en especial a las embarazadas.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia