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El fútbol infantil en Santa Cruz ha demostrado que los sueños no tienen límites ni fronteras. Cipriano Prane, un niño de 11 años nacido en El Calafate, es un ejemplo vivo de que, con disciplina, esfuerzo y el acompañamiento de la familia, las metas más altas están al alcance.

Todo comenzó en enero de 2023, cuando Cipriano asistió a un campus intensivo de verano en el Club Deportivo Mac Allister, en Santa Rosa, La Pampa. Su talento no pasó desapercibido, y luego de varias visitas y evaluaciones, recibió la convocatoria oficial para formar parte de la institución. Desde entonces, junto a su familia, emprendió un cambio radical: mudarse a más de 2000 kilómetros de su hogar para perseguir un sueño.

En diálogo con LU12 AM680, su padre, Saúl Prane, relató el desafío que enfrentaron:
La decisión de mudarnos no fue fácil. Pedí el pase en mi trabajo y gracias a Dios, me lo dieron. Mi esposa consiguió empleo acá, los abuelos ayudaron con la mudanza, y partimos por el futuro de Cipriano“.

El proceso de adaptación no fue sencillo. Santa Rosa presentó retos climáticos y físicos: temperaturas extremas y una exigencia deportiva muy superior a la acostumbrada. Sin embargo, la preparación previa que Cipriano tuvo con Rubén Capovilla, actual DT del Boxing Club en Río Gallegos, fue clave. Durante dos meses, trabajó intensamente para llegar en óptimas condiciones. “Cuando llegó al club, hasta el peso de la pelota era diferente. Los entrenamientos en doble turno y el calor fueron duros, pero se fue adaptando”, añadió Saúl.

Cipriano también compartió su experiencia: “Acá hace mucho calor, y nos vamos adaptando de a poquito. Los partidos son intensos, a veces paramos para tomar agua. Extraño a mis amigos y a mis tíos, pero ellos me hacen el aguante. Estoy contento porque fue una muy buena decisión venir“.

Un camino lleno de desafíos y logros

En sus 11 meses en el Deportivo Mac Allister, Cipriano no solo entrenó y compitió en numerosos partidos, sino que también participó en su primer torneo internacional: el prestigioso “Valesanito” en Santa Fe, conocido como la “Copa Libertadores del fútbol infantil”. Allí, el equipo alcanzó el podio, finalizando en tercer lugar entre 40 equipos, tras caer en semifinales contra el campeón.

Fue impresionante ver el nivel y la organización. Cipriano jugó bastante, lo cual no es fácil porque es un delantero que compite en una institución que es vidriera para grandes clubes de AFA“, destacó su padre.

La familia subraya que el apoyo emocional y logístico ha sido fundamental en este proceso. “Queremos que Cipriano aprenda a soñar en grande, que entienda que con esfuerzo todo es posible. Si esto no resulta, al menos sabremos que lo intentamos“, reflexionó Saúl.

Hoy, Cipriano no solo representa a su familia y a su club, sino también a los sueños de muchos niños santacruceños. Con disciplina y el respaldo de quienes creen en él, sigue demostrando que no hay distancias imposibles cuando se trata de alcanzar grandes metas.

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