Hace un año, Silvina Luna dejó este mundo, a los 43 años, debido a la mala praxis ejercida por Aníbal Lotocki, quien le inyectó metacrilato e hizo que su organismo se debilitara. En este contexto, el periodista Ángel de Brito en “LAM” (América) recopiló testimonios del círculo íntimo de la modelo, quienes le dedicaron unas emotivas palabras.

El conmovedor homenaje de Ángel de Brito a Silvina Luna en LAM

El homenaje arrancó con las palabras de Ximena Capristo, con quien estuvo en Gran Hermano y se hicieron grandes amigas. “Al principio, con la gordita, adentro de la casa tuvimos onda; después, no tanto, pero… a partir de que salimos de la casa, nos pudimos conocer diferente y, hasta el último día, nos amamos mucho; fuimos amigas y compartimos muchas cosas juntas”, reveló.

“Era parte de la familia y tenía las puertas abiertas de casa siempre; cuando venía decía ‘hacemos esto, lo otro…”.

Y, recordó: “Me acuerdo que estábamos en casa y me contó cómo venía avanzando todo… Me dijo: “Voy a estar bien; voy a salir de esta”. Yo también pensé que iba a salir de esto”.

A su vez, el Chato Prada contó cómo fue trabajar con ella. “La conocí a Silvina cuando volví de España, que estaba haciendo Showmatch allá; volví en el 2001, cuando había terminado el primer Gran Hermano de Argentina. Me decía que a ella le interesaba el tema de los medios, de la actuación, que tenía ganas de estudiar. Recuerdo eso y la recuerdo con una sonrisa enorme y con una luz… imagínate lo que era Silvina, una chica que venía de Rosario y, la verdad, que se la veía una mina excelente, una buena mina”.

Por su parte, Cinthia Fernández, quien era parte de su grupo de amigas, lanzó: “Tenía la esperanza de poder salir de eso. En esos cafés nos comentaba que viajó a un montón; nos comentó un montón de médicos y era muy triste escucharla decir ‘no tengo solución, el veneno que me pusieron y no elegí que me pongan, no me lo puedo sacar'”.

En este marco, dijo cómo se entero acerca del fallecimiento de Luna. “La vida es sabia… no tuve señal en todo el día y me enteré muy tarde, cuando ya estaba en todos los medios. Nos habíamos ido a esquiar y, mientras estaba pidiendo un casco para ir a una resbalera con las nenas, las personas que estaban trabajando ahí decían ‘no lo puedo creer, se murió Silvina‘ y, yo le digo ‘¿qué dijiste?’, me mira la chica, se tapa la boca, me largo a llorar y no podía parar. No me gustó cómo me enteré y me pegó mal, porque el hijo de put* que le causó esto tiene el goce de vivir. La vida fue cruel y la gente también”, comentó.

También, apareció Gabriela Trenchi, una de las víctimas del cirujano Lotocki. “No me conforma que se pudra en la cárcel. Él tendría que vivir lo que vivimos nosotras: inyectarlo de la cabeza hasta abajo con el mismo veneno y que padezca todo lo que padecimos”, dijo.

Y, manifestó: “Él tendría que estar así, no nosotras. Cuando me enteré, me descompensé y me aferré a mi pareja, que es médico. Estuve dos semanas en cama con ataques de pánico”.

En tanto, el video también contó con el testimonio de Ezequiel Luna, hermano de la modelo, que indicó cómo la acompañó en todo este doloroso proceso.

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“Fue un momento de alivio y de tristeza, porque es difícil tener a una hermana sufriendo tanto. Preferíamos un poco todos que se le termine el calvario este porque, las últimas semanas, era inhumano lo que tenía que resistir. Fue un poco esa sensación de ‘ahora estás en un lugar mejor’ y mucha tristeza”, confesó.

Luego, por primera vez, la mejor amiga de Luna, Analía Reina, se animó a hablar para revelar cómo era la modelo en la intimidad. “Nos conocimos cuando salió de Gran Hermano y creamos un vínculo inseparable; nos adoptamos como familia. No hay nada que no haya mostrado Silvi: su sencillez, bondad, amabilidad, compañerismo; era una amiga de fierro. Tenía las palabras justas y siempre un oído para aconsejarte”, confesó.

Y, cerró: “Ella seguía adelante y trataba de mostrar lo menos posible. A veces, me avisaba a los cuatro días de estar internada. Tomamos conciencia de todo lo que pasó con la autopsia; los dolores que sufría eran terribles. Ella siempre espero que este animal pidiera disculpas, pero no lo iba a hacer porque no le convenía ni tenía el corazón para hacerlo. Silvina no tenía sed de venganza. Cuando arrancó con la demanda, era para que las chicas tomen conciencia, no por la plata. Durante 11 años estuvo sufriendo; tomaba medicación y, de vez en cuando, estaba internada”.

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