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Febrero se asoma como un periodo de crecientes desafíos para millones de argentinos que ven cómo el poder adquisitivo se degrada de forma diaria en una economía que no logra encauzar los altos niveles inflacionarios de la mano de las políticas de libre mercado que impulsa el gobierno de Javier Milei.

El segundo mes del año vendrá con actualizaciones en prepagas, alquileres, tarifas de gas energía eléctrica a lo que se sumarán la telefonía y el servicio de internet, además de los precios que se mueven a diario en las góndolas presionando aún mas la inflación de Argentina.

Pero hay más. La presidencia del liberal libertario tiene previsto descongelar desde este jueves un tributo que encarecerá -otra vez- el precio de la nafta y el gasoil en todos los surtidores del país. Se trata de los ítems que se cobra al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC)

Sin información oficial fehaciente, diferentes sectores estimaron en la antesala que la suba rondaría entre el 10 y el 12%. De todos modos, es necesario recordar que en lo que va de enero, las naftas se incrementaron un 27%, mientras que en diciembre habían registrado una disparada entre el 35 y el 45%.

Hernán Landgrebe, secretario de la Federación de Empresarios de Combustibles (FECRA) dijo a “Radio con Vos” (89.9) que hasta el mediodía de ayer la federación no había recibido ninguna notificación oficial sobre la actualización del tributo. “Correspondería el incremento por que vence un trimestre más de este atraso que ya acumula 9 trimestres. Se sabe que el Gobierno analiza actualizar estos valores, son impuestos que van todos al Estado y luego se coparticipan a provincias y municipios“, agregó.

El empresario precisó que en la línea histórica, la incidencia de esos tributos “implicaron entre el 25 y 26% del valor del combustible y en la actualidad están en el orden del 3%, de ahí se deduce que el Gobierno necesita mejorar esa recaudación“.

Más adelante, observó que “las ventas cayeron, en diciembre bajaron un 4% y en enero estamos aproximadamente un 12%. Hay lugares que fueron más golpeados, la Costa por ejemplo un 30%, pero el promedio es del 12%”.

Además, indicó que las actualizaciones “no debería ser trasladado a los precios de la economía, está comprobado que la inflación subió a pesar que los combustibles no se movían“.

Escenario

Mientras tanto, las petroleras analizaron por estas horas la magnitud de los incrementos para los próximos meses, basados en otras tres variables: la devaluación del tipo de cambio oficial, el precio del barril Brent y el precio de paridad de importación (es decir, que el valor sea similar al precio de importación del crudo). Estos cambios, en conjunto, implicarán un aumento en el precio de estos bienes desde el primero de febrero, que rondará entre el y el 10% según los cálculos que manejan en despachos oficiales y el sector privado, precisó Infobae.

Esa decisión se explica por los incrementos que aplicarán las petroleras no solo en febrero, sino también en los meses siguientes por factores que no tienen que ver con lo impositivo. Si bien la premisa oficial es la liberalización de los precios, corregir todo el retraso implicaba un efecto directo en la inflación en medio de los aumentos de otros servicios regulados y, en consecuencia, sobre los debilitados bolsillos de los consumidores que hoy no logran llenar el tanque.

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