El arzobispo de Buenos Aires Jorge Ignacio García Cuerva presidió la santa misa crismal en la catedral Metropolitana este jueves por la mañana y la misa de la Cena del Señor con el gesto del lavatorio de los pies,  en la cárcel de Devoto y en la parroquia San Enrique, donde invitó a todos a “dejarnos abrazar por Jesús, que nos ama mucho y quiere abrazar la fragilidad de nuestras vidas”.

Durante la homilía, García Cuerva hizo énfasis en el mandamiento del amor que Jesús regala con el gesto del lavatorio de los pies. “Nos lava los pies a todos“, dijo el arzobispo, quien destacó que los pies representan nuestras debilidades, pero que “Jesús no pregunta por donde transitaron, no juzga; lo hace porque nos ama y le importa mirar hacia adelante”.

“Dios quiere abrazar lo frágil. No escondamos nuestra fragilidad, mostrémosle a Jesús nuestra vida como esté”, sostuvo. Además, monseñor planteó tres desafíos que tenemos que enfrentar en la vida cotidiana: “Encontrarnos, darle otra oportunidad a las personas, como nos la da Jesús. Aceptar la vida del otro como viene, ser buenos con los demás. Y ponernos al servicio desde abajo, como lo hizo Jesús, no mirar a nadie desde arriba”.

Luego de la homilía, García Cuerva, imitando el gesto de Jesús, lavó los pies de algunos hombres de la comunidad, pero remarcó profundamente: “Ahora les voy a lavar los pies a personas que ya estaban seleccionadas, pero sintamos todos que Jesús nos lo hace a cada uno. Por eso, no tengamos vergüenza, dejemos que lo haga. Él nos ama como somos”.

Este viernes, el arzobispo participó en la celebración de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en el Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez”, donde se encuentran “los crucificados de hoy” y por la tarde, en el Vía Crucis de la ciudad.

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