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Por Jorge Cicuttin

A apenas dos semanas de las elecciones porteñas, aumentan los conflictos internos en las principales fuerzas políticas y hay una gran incógnita sobre los resultados de unos comicios que van mucho más allá de una disputa por cargos en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Por cómo se desarrollan las campañas y lo que dejó el debate entre 17 candidatos, poco parece importar las propuestas concretas sobre problemas propios de la ciudad. Los principales candidatos están tendiendo a nacionalizar lo que es una elección por cargos locales. Entonces la lucha para el peronismo es plantear estos comicios como un plebiscito en contra o a favor de Javier Milei. En La Libertad Avanza lo plantean de la misma manera: se vota para terminar definitivamente con el kirchnerismo y ratificar el rumbo del gobierno libertario. Algo similar a esto último plantean desde el PRO -o sea el oficialismo porteño desde hace 16 años-, pero ellos se consideran los más preparados para terminar con el kirchnerismo. Satélites como Horacio Rodríguez Larreta, Ramiro Marra y Juan Manuel Abal Medina luchan por diferenciarse -pero no tanto-, de sus grandes espacios naturales.

En el medio, la lucha entre Mauricio Macri y Javier Milei, así como la de Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner.

Y todo parece ser, principalmente, una suerte de interna -unas PASO encubiertas-, para definir cómo serán las elecciones legislativas nacionales de octubre.

Antes de los comicios porteños, el 11 de mayo habrá elecciones en Jujuy, Chaco, San Luis y Salta. Y así como son diferentes métodos de votación, también es distinta en cada lugar la estrategia dispuesta por el oficialismo, quien viene de tener un mal resultado en la elección de constituyentes en Santa Fe, donde salió tercero y muy lejos de la lista del gobernador Maximiliano Pullaro.

El oficialismo liberal enfrenta este entramado electoral con una interna que crece con pases de facturas y tensiones acumuladas en el llamado Triángulo de Hierro. Esta interna está enfocada en Karina Milei y Santiago Caputo, y se hace pública a través de sus entornos. Esto último tomó forma en la semana que pasó con una denuncia por compras irregulares en el PAMI. Esta afectó al entorno de “el Jefe” Karina, especialmente a Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja, armadores políticos de la hermana presidencial en zonas muy sensibles, como la provincia de Buenos Aires.

Estas internas están afectando los armados electorales en las provincias. Los une la intensión de vencer al macrismo a partir de hacerse fuertes en los distintos territorios y que en ellos el único referente de la derecha sea Javier Milei. En este armado no hay lugar para un Mauricio Macri fuerte. Éste lo sabe, por eso se juegan mucho en los comicios del domingo 18 en territorio porteño.
En el peronismo la interna es más clara. Las gestiones por la unidad entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner siguen sin tener éxito. La última jugada de La Cámpora es complicar económicamente a la gobernación bonaerense con un proyecto en la Legislatura provincial para condonar deudas de los municipios, una medida que va contra el deseo de Axel Kicillof. El peronismo es consciente de que si no arriba a un entendimiento le allana el camino a La Libertad Avanza y por eso siguen los tironeos. Muchos le piden a Kicillof que termine de romper con Cristina y Máximo Kirchner y se convierte claramente en el principal referente del peronismo. Una jugada fuerte y con riesgos.

En el medio, el ex candidato presidencial Sergio Massa es de los más interesados en mantener la unidad en la provincia. Por eso, en público se cuida mucho en hacer declaraciones políticas.

Una jugada fuerte que prepara Kicillof es el acto en un camping de UPCN en La Plata para el 24 de este mes. Allí, el gobernador lanzará un “frente anti Milei”. Veremos los límites que planteará en su discurso para un armado que muchos le reclaman.

Así todo, a dos semanas de las elecciones legislativas porteñas, la mayoría de los consultores ven varios interrogantes que marcarán la ubicación de las tres fuerzas que pueden imponerse. Con matices, cree que Leandro Santoro (Es Ahora Buenos Aires) encabeza las intenciones de voto, con el oficialista Manuel Adorni (La Libertad Avanza) y Silvia Lospennato (PRO), a poca distancia. Una de las claves está en cuánta gente entiende estos comicios como un plebiscito a favor o en contra del gobierno nacional. Otra es el ausentismo: En Santa Fe, el 13 de abril, votó solo el 55 por ciento del padrón. ¿Sirve como parámetro para marcar el desinterés, el agobio o el desencanto de gran parte de la sociedad?

En dos semanas se sabrá.

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