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El régimen de moratoria previsional, que permite a los trabajadores en edad de jubilarse acceder al beneficio sin cumplir con los 30 años de aportes, está llegando a su fin. La normativa vencerá el 23 de marzo de este año y todo indica que no se renovará.
Según consignó el portal BAE Negocios, bajo la legislación actual, un empleador no puede exigir al empleado que se jubile si aún no completó los 30 años de aportes.
Por el lado de los trabajadores, la falta de una moratoria previsional limita las opciones para regularizar aportes faltantes, lo que afecta especialmente a quienes han trabajado en la informalidad o tienen periodos sin aportes.
Esto se da en un contexto en el que muchos trabajadores podrían no estar recibiendo el apoyo necesario . La Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), el beneficio al que acceden los jubilados sin la totalidad de aportes cubre hoy menos del 31% de sus necesidades básicas, incluso con el bono adicional.
Sin moratoria previsional, cuáles son los cinco beneficios que aún están vigentes
Los cinco planes y moratorias vigentes para aquellos que no cumplen con los requisitos de jubilación ordinaria son los siguientes:
- Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado: permite a mujeres en edad de jubilarse obtener años de aportes por cada hijo biológico o adoptivo, con condiciones adicionales si el hijo tiene discapacidad o si la madre recibió la AUH.
- Excedente de Edad Jubilatoria: para quienes superan la edad de jubilación (60 años para mujeres y 65 para hombres) pero no tienen los 30 años de aportes, se computará un año de aportes por cada dos años de excedente.
- Plan de Pago de Deuda Previsional (Ley 27.705): permite regularizar aportes desde los 18 años hasta diciembre de 2008 mediante cuotas mensuales. Este plan finaliza el 23 de marzo de 2025 para quienes ya tienen la edad jubilatoria.
- Moratoria Previsional de la Ley 24.476: permite regularizar períodos de aportes impagos entre 1955 y 1993, sujeta a evaluación socioeconómica.
- Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM): equivale al 80% del haber mínimo y no requiere años de aportes, disponible para mayores de 65 años que no tengan otra jubilación o pensión.
La preocupación por la jubilación no solo es un reflejo de la incertidumbre económica, sino que también destaca la necesidad de un enfoque más proactivo por parte de los empleadores en el acompañamiento de sus empleados hacia esta etapa crucial de la vida.
Si cumplis la edad y no tenés aportes, ¿pueden intimarte a la jubilación?
En el caso de los colaboradores con 60 años si son mujeres y 65 si son varones, es decir que llegan a la edad jubilatoria pero que tienen menos de 30 años de aportes; pueden optar por continuar trabajando hasta los 70 años buscando en ese periodo completar años de aportes.
Las empresas pueden ofrecer programas de asesoramiento financiero a través de talleres, seminarios y sesiones individuales, así como un coaching previsional que brinde apoyo continuo. “Es fundamental establecer canales de comunicación claros y accesibles, que ayudarán a los empleados a tomar decisiones informadas sobre su jubilación, y planificación financiera. La jubilación estatal como único instrumento para financiar el retiro es un concepto que está llegando a su fin”, define Liendo.
Los empleadores pueden considerar la posibilidad de reentrenar o reubicarlos en roles que se adapten a sus capacidades si esto fuera necesario, incluyendo opciones a tiempo parcial y remoto y programas de transferencia de conocimientos y un plan de sucesión, para asegurar la continuidad del talento.
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