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Por Agustín Barbieri, para Diario Crónica
Un escenario de creciente tensión e incertidumbre rodea al Proyecto Fénix, operado por la empresa Arcadium (ex-Livent), en Antofagasta de la Sierra, Catamarca. La baja internacional del precio del litio desencadenó una ola de despidos que ya afecta a 100 trabajadores de empresas contratistas y amenaza con extenderse a 500 o 600 empleados más.
Las protestas no tardaron en llegar. Desde hace varios días, los obreros se encuentran en estado de asamblea, tanto en la mina ubicada en el norte catamarqueño como en la Capital, frente a la sede de la UOCRA.
Los trabajadores denuncian la falta de respuestas por parte de la empresa y expresan su temor de que las desvinculaciones continúen.
“Nos encontramos con una situación desde hace varios días, donde se viene rumoreando que van a dejar mucha gente sin trabajo. La empresa no quiere dar respuestas“, señaló uno de los empleados a una emisora de radio local, reflejando el malestar generalizado.
Este sentimiento fue compartido por otro trabajador, quien aseguró que “la situación es un poco tensa, porque los que tienen que dar respuestas se fueron y hay compañeros que muy posiblemente queden sin trabajo”.
Los 100 despidos confirmados corresponden a empleados de la empresa Concat, una contratista del sector de la construcción. Sin embargo, el impacto de la crisis no se limita a esta firma. Otros trabajadores, vinculados a empresas como Huasi Construcciones y Guido Mogetta SRL, también fueron notificados de la rescisión de sus contratos y se manifestaron en la Capital catamarqueña, exigiendo respuestas y mejores condiciones laborales.
La situación no es nueva para Arcadium, que en marzo de este año ya había anunciado un recorte del 10% de su personal a nivel global, argumentando la necesidad de reducir costos debido a la baja de los precios del litio. En ese momento, la empresa también había desvinculado a empleados del proyecto Sal de Vida, anteriormente gestionado por Allkem (ex-Galaxy) y ahora bajo el control de Arcadium tras la fusión de ambas compañías.
La crisis laboral en el sector litífero coincide con un contexto económico desafiante, tanto a nivel local como internacional.
Según explicó uno de los trabajadores afectados a un medio local, “se cree que más de 500 personas van a quedar sin trabajo, quizás más. A medida que van bajando de pronto ya no los llaman”. Esta preocupación se ve agravada por la caída de los precios internacionales del litio, lo que llevó a la empresa a detener algunas actividades en el proyecto Sal de Vida.
La respuesta de la UOCRA no fue suficiente para calmar los ánimos. “Venimos a que nos den alguna respuesta, porque nos cierran la puerta y nunca los vemos. ¿Dónde está Brandán?“, reclamó uno de los obreros despedidos, refiriéndose al secretario adjunto del gremio, Marcelo Brandán, quien intentó reunirse con los manifestantes para explicar la situación.
Brandán, por su parte, reconoció la gravedad del problema, señalando que “en lo que va del año se han perdido unos 2.000 puestos de trabajo en el sector“. A pesar de esto, recordó que los trabajadores de la construcción no cuentan con indemnizaciones y que, en su lugar, perciben una suma del fondo de cese laboral. Además, subrayó que la naturaleza cíclica del empleo en la construcción agrava la situación, especialmente en un contexto de suspensión de obras en toda la provincia.
Mientras tanto, la paralización del Proyecto Fénix y la incertidumbre sobre el futuro de cientos de trabajadores se mantienen como una constante en Antofagasta de la Sierra.
La comunidad sigue a la espera de una respuesta clara de Arcadium y de las autoridades provinciales, que hasta el momento no intervinieron de manera decisiva en el conflicto.
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