La lucha de una generación: por la memoria histórica y colectiva

La noche del 14 de diciembre de 1977, Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco fueron arrojadas vivas al mar desde el avión militar Skyvan PA-51.

La aeronave fue utilizada durante la última dictadura cívico-militar argentina para arrojar al mar a militantes, después de ser torturados y sedados, entre los que se encontraban madres de plaza de Mayo. En junio de este año, el escenario en pleno aeroparque en la Ciudad de Buenos Aires fue el elegido para presentar la aeronave del horror que formó parte de la historia más oscura de Argentina.

A 40 años de la vuelta a la democracia, representó un hecho histórico que, además de la carga simbólica, significó la reivindicación de la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Hoy la aeronave es parte del espacio de la memoria de la exESMA. Mabel Careaga habló con La Opinión Austral y contó que todo comenzó en 2020, cuando iniciaron las gestiones ante el Ministerio de Defensa.

“El avión está acá y no va a volver a volar“, aseguró Mabel, conmocionada, pero con voz firme, con toda la carga simbólica que representa el hecho, a 40 años de la vuelta de la democracia y a 46 años de ese “vuelo de la muerte”.

“Tuvimos que esperar, porque en el año 2017 gobernaba Macri, para quien los Derechos Humanos son un ‘curro‘, así que retomamos en el 2020″, recordó. La aeronave, para ese entonces, estaba en manos de un empresario estadounidense. Para Mabel, “es muy conmovedor, es tremendo por el lado personal”.

“Es muy doloroso en lo que nos pasa a nosotros, pero para la sociedad y para la memoria histórica y colectiva de nuestro país nos parece que es muy importante”. Es, en pocas palabras, “lo que les debemos a los y las treinta mil“, aseguró.

Es seguir haciendo memoria. “Pero no solamente memoria, sino también seguir luchando por un país un poco más justo. Eso es lo que está detrás de todo esto, es esa lucha de esa generación“, aseguró Mabel.