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“Se les recontra fue la mano con los aumentos”.
La frase da para hacer un multiple choice, y presentar distintas opciones de respuestas. ¿Un sindicalista, una ama de casa, un jubilado, un dirigente de la oposición? Cualquiera puede de estos podría haber dicho una frase tan obvia en estos momentos. Unas palabras que salen con habitualidad de las bocas de los argentinos ante las góndolas de los supermercados, la vidriera de un comercio o al recibir en su casa facturas de las más variadas.
Pero no. Esta queja salió de la boca de Luis Caputo, el ministro de Economía del gobierno de Javier Milei.
“Se les recontra fue la mano con los aumentos”, dijo, con fastidio, en un reportaje con periodistas amigables. Y señaló a los empresarios por haber fijado precios con un dólar a 2.000 pesos, como le auguraban consultores en los primeros días de Milei en la Rosada, y no bajarlos como correspondería según la lógica del capitalismo ahora que el verde “blue” está por debajo de los 1.000 pesos.
“En reunión con empresarios, ellos mismos reconocían que fijaron precios con un dólar de 2.000 pesos. En ese momento lo que les pronosticaban las consultoras. Era natural que reaccionaran de acuerdo a eso. Pusieron muy por arriba los precios, a un dólar a 2.000. Claramente ahora están bajando los precios”, siguió Caputo.
Lo de “claramente están bajando” lo dejamos para más adelante. Lo que no deja de llamar la atención de este análisis y queja del ministro es la sorpresa ante la actitud del empresariado nacional.
El hecho de fijar precios por un dólar alto según las expectativas, nunca ha retrocedido ante una realidad cambiaria más baja. La historia reciente nos muestra que eso ocurrió tras la salida de la convertibilidad en enero de 2002, cuando muchos precios se fijaron con un dólar a 4 pesos. El mismo error cometió Mauricio Macri al comienzo de su presidencia. Su ministro Alfonso Prat Gay aseguraba que devaluar no iba a repercutir en los precios porque en los costos ya estaba al dólar blue, es decir unos 15 pesos. Esto no fue así: En los tres meses que pasaron desde la devaluación inicial, la depreciación del peso alcanzó el 50% y la inflación un 10%. A Alfonso Prat Gay lo echaron en diciembre de 2016.
El ministro Caputo insiste con que los precios deben bajar acompañando la caída en la cotización del blue. Los formadores de precios no acompañan esa idea. Si algunos precios retroceden es por la fuerte recesión y la profunda baja en las ventas.
Caputo se sorprende por esta situación. Pero era lo esperado.
Más allá de los precios, en el Gobierno festejan que el dólar oficial se acerque al blue y rechazan la posibilidad de una devaluación. El propio Javier Milei lo acaba de decir en un reportaje a un medio extranjero: “¿Qué tipo de estupidez es esa de que tengo que hacer saltar el tipo de cambio cuando en realidad el tipo de cambio está alineado con el de mercado?“, afirmó. El Presidente descartó una nueva devaluación del tipo de cambio, rechazando de esa forma las presiones del Fondo Monetario Internacional y del campo.
“Lo dicen algunos economistas locales y están absolutamente equivocados. La primera pregunta es por qué yo tengo que hacer saltar el tipo de cambio hoy si el tipo de cambio libre paralelo coincide con el oficial”, argumentó. “Y bueno, es como decimos nosotros, no la ven“, ironizó.
El FMI presiona y algunos creen que la devaluación sería una exigencia para negociar un nuevo desembolso de fondos. En el Gobierno resisten, saben que una devaluación se transformará en un aumento de precios que retardarían la ansiada inflación mensual de un dígito.
En esta semana que comienza se conocerá la inflación de marzo y Caputo anticipa que estará “en torno al 10%”, luego de que el índice de febrero fuera de 13,2%. Además, el funcionario adelantó que en abril el IPC que registra el Indec será de un solo dígito y dijo que en algunos rubros ya hay “deflación”.
Para cuidar ese número, el ministro admitió que se “pisaron” algunas homologaciones paritarias. “¿Por qué se va a homologar algo que no tiene ningún sentido? El Estado no se mete en el sueldo pero sí está establecido que hay que homologar, te tiene que parecer razonable lo que hay que homologar”, dijo Caputo.
Una de esas paritarias “exageradas” para el ministro es la del gremio de Camioneros. El gremio amenaza directamente con frenar la actividad si no se acepta su acuerdo con los empresarios del sector. Pablo Moyano amenazó con un paro para este lunes 8 de abril si el Gobierno no homologa el acuerdo paritario. “Si el 8 de abril, que es el lunes, no se confirma el aumento del 25% que se firmó para marzo, no se va a mover una hoja, una pluma en todo el país“, advirtió. El aumento que el sindicato pactó con los empresarios contempla un 45% en dos tramos (25% en marzo y otro 20% en abril), lo que supera el tope impuesto por el Ministerio de Economía.
Si los salarios y las jubilaciones no pegan un salto considerable, las expectativas de un rebote de la economía en forma de “V” -lo que anticipan los más optimistas del Gobierno-, comienzan a resquebrajarse. Con una recesión sin piso y sin recuperación del poder adquisitivo de la población no hay “V” a la vista, por más que la inflación siga bajando.
Sin matices, los economistas de distintas escuelas ven que el consumo, la industria, la construcción, la inversión productiva y los ingresos se están desplomando. Otra caída es la de la recaudación. Datos negativos que se contraponen a la euforia oficial por haber “domado” al dólar blue. Hasta el propio Domingo Cavallo -“el economista más brillante de la historia argentina”, según Milei-, advierte que el rumbo es el equivocado. “El gobierno va a tener que empezar a ocuparse de algo en lo que todavía no se ocupó, que es de la economía real, qué pasa con el empleo, con los salarios”, advierte el ex superministro de Carlos Menem.
El ministro Caputo se sorprende por algunos aumentos de precios. Otros economistas anticipan que sería una sorpresa que la economía se recupere en el horizonte cercano con esta recesión.
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