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La última jornada del torneo juvenil de AFA se jugó a dos canchas y con la tabla encendida. River Plate, con Leonardo “Leo” Luna desde el arranque, hizo su parte en Córdoba: venció 4–2 a Instituto por la fecha 31. Pero en Ezeiza, Boca Juniors no dejó lugar a dudas y aplastó 7–0 a San Martín de San Juan, resultado que aseguró la vuelta olímpica xeneize. El cierre de la Séptima División mostró un mano a mano de alto nivel: Boca terminó con 78 puntos y River con 77, separados apenas por un detalle en una campaña notable de ambos.
En Alta Córdoba, el equipo conducido por Damián Castellanos pegó en los momentos justos. Los goles millonarios fueron de Joaquín Amor, Galo Escobar, Elías Cantero y Tobías Goytia. La formación inicial de River alineó a Braulio Dieguis; David Silva, Dylan Baigorria, Diego Olivera, Joel Pensotti; Galo Escobar, Leonardo Luna, Mirko Fernández; Tobías Goytia, Joaquín Amor y Elías Cantero. En el banco estuvieron Joaquín Ortiz, Maximiliano Espinoza, Santiago Gasparini, Alexis Pastoriza, Agustín Valdéz, Nahuel Vukojevich y Elías Noé López.
El desenlace del campeonato quedó sellado con la goleada xeneize. De acuerdo con la tabla final, Boca cerró con 25 victorias, 3 empates y 3 derrotas (94 goles a favor, 28 en contra, +66), mientras que River firmó 24 triunfos, 5 empates y solo 2 caídas, con el mejor ataque del certamen: 101 tantos a favor, 37 en contra (+64). La diferencia fue mínima y se definió en el último suspiro de una temporada que elevó la vara de la competencia.
Para Leo Luna, mediocampista riogalleguense categoría 2009, el cierre dejó otro partido como titular en un año de crecimiento sostenido. Sin luces individuales innecesarias, su nombre volvió a figurar en la estructura inicial de un equipo que compitió hasta el final y que, aun sin título, mostró identidad, gol y regularidad.
River se marchó de Córdoba con el triunfo y la frente alta. La campaña lo sostuvo hasta la última fecha y ofreció señales claras de futuro: volumen ofensivo, una base estable y juveniles que se afirmaron en escenarios exigentes. Boca celebró con justicia por su contundencia en el tramo final; River se quedó a un punto, con la certeza de haber peleado cada pelota y cada jornada.
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