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Mientras la contienda entre los candidatos para la Casa Rosada está inmersa en la total incertidumbre, el cronograma electoral no da más que certezas: este domingo 12 es el debate presidencial, el viernes 17 comienza la veda y en una semana se vota al próximo Presidente de la Nación. Es la recta final de dos extensas e intensas campañas y tanto los votantes de Sergio Massa como los de Javier Milei por momentos se ilusionan, otro tanto, desesperan. Las encuestas, de estar en lo cierto, explican el porqué: los que definen su voto a último momento, los todavía indecisos, definen todo. La batalla de ideas de esta noche podría mover la aguja.
El margen de error en la mayoría de las mediciones de la última semana es de casi dos puntos. La mitad dan ganador a Massa por dos a tres puntos de diferencia, la otra mitad a Milei en situación similar. Son excepcionales las consultoras que ubican a uno u otro con 5 a 6 puntos de diferencia y se impone una conclusión: Hay empate técnico. Los indecisos rondan del 6 al 8%. Los que votarán en blanco -es decir, emitirán un voto válido pero no afirmativo por ninguno de los dos candidatos-, promedian un 6% y son una franja que “favorece” al más votado ya que determina el universo sobre el cual se calcula el porcentaje final.
Ni Massa ni Milei llegan entonces al debate presidencial con una tendencia clara que lo de ganador. Esto no es novedad en escenarios de balotaje. Muchos ciudadanos definen su voto en la última semana y esta noche de debate será crucial para convencerlos. Durante dos horas, los postulantes discutirán mano a mano 6 rounds temáticos sobre economía; relaciones de Argentina con el mundo; educación y salud; producción y trabajo; seguridad: derechos humanos y convivencia democrática.
Si bien Massa planea mantenerse dentro de los ejes de su campaña: presentar propuestas segmentadas para cada sector sobre la base de un “pacto federal”, “transmitir tranquilidad, no descalificar y ponderar la estabilidad y la seguridad a la hora de tomar decisiones”, según repasaron fuentes de su equipo con La Opinión Austral, podría permitirse algunas no tan sutiles provocaciones al libertario “que lo saquen del modo gatito mimoso” de los últimos días en los que “estuvo escondido lo más posible”. Al mediodía de este sábado, por ejemplo, Massa se calzó los guantes cuando publicó en redes sociales un video sobre Milei en el que se lo muestra gritando e insultando en diversas entrevistas periodísticas. “Que el insulto no se transforme en nuestro idioma”, escribió.
Formato libre
Milei ha hecho esfuerzos en las últimas semanas para disminuir el margen de error. Evitar la exposición y los escenarios que pudieran desencadenar un exabrupto o equivocación, ha sido la prioridad. Fuentes del búnker de Unión por la Patria apostaron, sin embargo, “que su inestabilidad va a surgir naturalmente este domingo, es un debate largo, de dos horas, por más hipercoucheado que esté, no va a poder ocultar quién es”. Las reglas y el formato más “libre” del debate en la UBA, fue acordado por ambos equipos. Podrán moverse libremente pero en un espacio delimitado, sin alejarse demasiado del atril. El que no está en uso de la palabra, no puede moverse. En todo momento, los adversarios podrán mirarse cara a cara.
Ese acuerdo firmado ante la Cámara Nacional Electoral “garantiza la honestidad intelectual”, opinaron desde el entorno de Massa. Los candidatos no podrán tener hojas escritas sobre el atril, no podrán leer de apuntes o ayudas memoria. Esta regla, impulsada por el equipo de Unión por la Patria y aceptada por el de Milei, tiene como fin evitar lo que ocurrió en los primeros dos debates, cuando muchos candidatos leyeron durante sus dos minutos de presentación de cada eje temático.
Tras el pacto entre Milei y el expresidente, Mauricio Macri, sellado dos días después de las generales en las que alcanzó casi el 30% de los votos y Massa el 37%, la pregunta en la que insistió el massismo durante las reuniones con la Cámara Electoral fue cómo podemos asegurarle al electorado que lo que dice lo escribió él. La respuesta de los jueces fue favorable al planteo del oficialismo. Sin machetes a disposición, cuando se enciendan las cámaras, el que se equivoca, pierde.
Respaldos y posiciones
Milei llega al debate y al último tramo de la campaña con el apoyo de Macri y de quien quedó tercera en octubre, Patricia Bullrich. De más dirigentes “halcones” de Juntos por el Cambio alineados con el expresidente. De su partido La Libertad Avanza, con idas y vueltas y algunas bajas en la lista de diputados y/o legisladores electos. Se encolumnan detrás del “cambio y en contra de la continuidad”. Massa llega al debate con un abanico más amplio de expresiones a favor por su candidatura y/o neutrales pero sustancialmente en contra de las ideas de Milei. A raíz del pacto Macri – Milei, un sector importante del radicalismo de Juntos por el Cambio se declaró “neutral”, incluido el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y duramente crítico del líder de La Libertad Avanza. Lo mismo ocurrió con el espacio que lidera Lilita Carrió y que integra la coalición con el macrismo.
Los siguieron dirigentes del peronismo disidente del centro del país, intelectuales y representantes de los derechos humanos que no se identifican con el peronismo pero menos con el libertario, entre otros. El pacto democrático que atraviesa al arco político explican en gran parte estos posicionamientos. También cámaras empresariales, productores y miembros de la comunidad científica manifestaron su preocupación por las propuestas de Milei. Curas de la Iglesia Católica se pronunciaron en rechazo a los insultos al papa Francisco por parte del libertario. Del mundo de la música: la comunidad rolinga, las fans de Sandro, las de Taylor Swift optaron por Massa. Este sábado, los clubes de barrio y los de fútbol comunicaron su alarma por la propuesta de Milei de convertirlos en “sociedades anónimas”. Hubo un mensaje más a favor de Massa: el de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas.
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