Your browser doesn’t support HTML5 audio

Tras el nuevo traspié en el Congreso con la aprobación de proyectos que descolocan al oficialismo, como el aumento de jubilaciones, la continuidad de la moratoria previsional y la declaración de la emergencia en discapacidad, el Gobierno de Javier Milei busca señales de acercamiento hacia los gobernadores.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue el encargado de suavizar el tono y asegurar que “no está todo roto” en la relación con las provincias. En declaraciones radiales, remarcó: “Las posibilidades de conversación están siempre abiertas”.

La ofensiva busca frenar la sangría política en un contexto adverso, donde tanto en el plano legislativo como en el territorial, la administración libertaria enfrenta una resistencia creciente. Francos intentó diferenciar a los mandatarios: “No son todos lo mismo. Hay algunos que se dedican a gastar y otros que son más serios en la administración de los recursos públicos”.

Pese a las tensiones acumuladas por el reparto de fondos, la eliminación de subsidios y los múltiples vetos anunciados por el Presidente, en Casa Rosada creen que aún pueden sellarse acuerdos. “Con algunos vamos a tener incluso acuerdos electorales”, deslizó Francos, dejando abierta una puerta a negociaciones no solo institucionales, sino también políticas de cara a 2025.

La necesidad de recomponer vínculos con los jefes provinciales se vuelve urgente para el oficialismo, que sin una mayoría propia en el Congreso depende de alianzas inestables. El reciente impulso a proyectos como la distribución de los ATN y los cambios en los impuestos a los combustibles dejó al Gobierno contra las cuerdas.

Mientras tanto, Milei redobla su estrategia de confrontación pública. Ratificó que vetará cualquier intento del Congreso por modificar su hoja de ruta fiscal: “Están desesperados, saben que en octubre la libertad arrasa”, lanzó, apuntando al año electoral como horizonte de legitimación.

Leé más notas de La Opinión Austral