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Los resultados fueron difundidos este martes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), quien lleva adelante la prueba internacional PISA realizada el año pasado.
En Argentina, unos 690.000 estudiantes realizaron esta evaluación, de la que el país participa desde 2001, entre ellos, 12.111 estudiantes de 457 colegios argentinos, lo que estadísticamente representa a alrededor de 596.300 estudiantes de 15 años, es decir, aproximadamente el 84% del total.
El objetivo es medir la capacidad de los alumnos para utilizar sus conocimientos y habilidades en matemáticas, lectura y ciencias.
Se implementó en las 24 jurisdicciones y en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza se aplicó una sobre-muestra, explicaron desde el Ministerio de Educación de la Nación.
Por primera vez, Argentina participó en la versión digital en 2022, lo cual representó un desafío importante para los países participantes, dado que se necesitan implementar recursos, estructuras y condiciones técnicas específicas para darle curso al desarrollo de la tarea en los centros de evaluación.
¿Cómo le fue al país?
Los estudiantes argentinos obtuvieron un promedio de 378 puntos en matemáticas, es decir, dos menos que en 2018, 401 puntos en lectura, 1 punto menos que en la medición anterior, y 406 puntos en ciencias, dos puntos más que cuatro años antes.
Así, Argentina ocupa la posición 65° entre los 81 países y economías evaluadas en matemáticas, la 58° en lectura y la 59° en ciencias, integrando en los tres casos el grupo de los rendimientos “por debajo del promedio”, señala el informe.
Además, las cifras resaltan que entre 2018 y 2022 la “brecha” entre el 10% de estudiantes argentinos con puntuaciones más altas y el 10% con resultados más bajos se redujo “en matemáticas y lectura, mientras que no cambió significativamente en ciencias”.
Y si la comparación se hace respecto a 2012, “la proporción de estudiantes con calificaciones inferiores al nivel básico de competencia”, es decir, correspondiente al nivel 2 entre 6 niveles, “aumentó en seis puntos porcentuales en matemáticas; no cambió significativamente en lectura ni en ciencia”.
En matemáticas, sólo el 27% de los estudiantes alcanzó al menos el nivel 2 de competencia, una proporción significativamente menor que el promedio registrado entre los países de la OCDE, que es de 69%.
Pertenecer al nivel 2 o superior implica, como mínimo, que “estos estudiantes pueden interpretar y reconocer, sin instrucciones directas, cómo se puede representar una situación matemáticamente simple”, señala además el informe.
En cambio, el 85% de los estudiantes en Singapur, Macao (China), Japón, Hong Kong (China), Taiwán y Estonia tuvo un desempeño en este nivel o superior.
Por otro lado, “casi ningún estudiante en Argentina tuvo un rendimiento alto en matemáticas, lo que significa que alcanzó nivel 5 o 6 en la prueba de matemáticas PISA”, un peldaño que alcanzó el 9%, en promedio, de las poblaciones educativas de los países participantes.
En tanto, seis países y economías asiáticas tuvieron la mayor proporción de estudiantes entre los niveles más altos de rendimiento (5 y 6): Singapur (41%), Taiwán (32%), Macao (29%), Hong Kong (27%), Japón (23%) y Corea (23%). Los estudiantes ubicados en estos niveles “pueden modelar situaciones complejas matemáticamente y pueden seleccionar, comparar y evaluar estrategias apropiadas de resolución de problemas para abordarlos”.
Sin embargo, sólo en 16 de los 81 países y economías que participaron en PISA 2022, más 1 de cada 10 estudiantes en promedio alcanzaron el nivel 5 o 6 de competencia en matemáticas. Si el análisis se traslada a las habilidades de lectura, “alrededor del 45% de los estudiantes en Argentina alcanzó el nivel 2 o superior en lectura”, siendo el promedio de 74% entre todos los participantes de la evaluación internacional.
En Argentina, sólo el 1% de los estudiantes obtuvo una puntuación de nivel 5 o superior en lectura, es decir, por debajo del promedio, que se ubicó en el 7% de todas las poblaciones escolares participantes. En este nivel básico “los estudiantes pueden comprender textos extensos, manejar conceptos abstractos o contrarios a la intuición y establecer distinciones entre hechos y opiniones, basadas en señales implícitas relacionadas con el contenido o fuente de la información”.
Para la tercera de las materias evaluadas, ciencias, “alrededor del 46% de los estudiantes en Argentina alcanzó el nivel 2 o superior”. En el país, sólo el 1% de los estudiantes obtuvo los mejores resultados en ciencias, es decir, demostró ser competente en nivel 5 o 6, lo que logró, en promedio, el 7% de todos los estudiantes evaluados a nivel mundial.
Estudiantes “académicamente resilientes”
El índice PISA de estatus económico, social y cultural también se puede utilizar para ordenar a los estudiantes desde los más desfavorecidos hasta los más favorecidos dentro de cada país y economía, y para crear cuatro grupos de estudiantes de igual tamaño (cada uno de los cuales comprende el 25% de la población de estudiantes de 15 años en cada país/economía). En Argentina, los estudiantes socioeconómicamente favorecidos (el 25% superior en términos de estatus socioeconómico) superaron a los estudiantes desfavorecidos (el 25% inferior) por 75 puntos en matemáticas. Esto es menor que la diferencia promedio entre los dos grupos (93 puntos) en los países de la OCDE.
Entre 2012 y 2022, la brecha en el rendimiento en matemáticas entre el 25% superior y el 25% inferior de los estudiantes en términos de estatus socioeconómico se mantuvo estable en Argentina, así como en promedio en los países de la OCDE.
El estatus socioeconómico fue un predictor del rendimiento en matemáticas en todos los países y economías participantes en PISA. Representó el 15% de la variación en el rendimiento en matemáticas en PISA 2022 en Argentina (en comparación con el 15% en promedio en los países de la OCDE).
Alrededor del 10% de los estudiantes desfavorecidos en Argentina lograron obtener calificaciones en el cuarto superior del rendimiento en matemáticas. Estos estudiantes pueden considerarse académicamente resilientes porque, a pesar de su desventaja socioeconómica, han alcanzado la excelencia educativa en comparación con los estudiantes de su propio país. En promedio en los países de la OCDE, el 10% de los estudiantes desfavorecidos obtuvieron calificaciones en el cuarto superior del rendimiento en matemáticas en sus propios países.
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