Your browser doesn’t support HTML5 audio
- No te quedes con el título. Muchos contenidos falsos usan títulos exagerados para generar enojo, sorpresa o miedo. Si parece demasiado fuerte o increíble, leé la nota completa antes de decidir.
- Leé más que el primer párrafo. Revisá si cita fuentes confiables, si tiene firma o si el medio es profesional. Cuanto más completo y transparente sea el contenido, más chances hay de que esté verificado.
- Chequeá la fecha. Una noticia vieja puede ser cierta, pero si circula fuera de contexto puede confundir. Antes de compartir, fijate cuándo se publicó.
- Verificá la fuente original. Confirmá que lo haya dicho esa persona o que lo haya publicado ese medio. Cuidado con las imitaciones: entrá al sitio oficial o buscá si aparece en otro medio confiable.
- Revisá imágenes, videos y audios. Pueden estar editados, recortados o ser antiguos. Incluso existen deepfakes que imitan caras y voces reales. Hacé la búsqueda inversa o usá herramientas de verificación si algo te hace dudar.
- Buscá más de una fuente. Si varios medios confiables coinciden, hay fundamentos sólidos para considerar que la información es cierta. Evitá confirmar solo lo que ya pensás.
- No compartas si estás muy enojado. La desinformación se mueve más rápido cuando estamos enojados o asustados. Si una noticia te provoca bronca o desesperación, esperá y chequeá antes de compartir.
- Prestá más atención en momentos clave. Durante elecciones, crisis o grandes eventos circula más desinformación. En esos casos, chequeá más de una vez antes de creer o reenviar algo.
- Tené cuidado con los sesgos. No creas algo solo porque coincide con lo que pensás. Seguí distintas voces y fuentes confiables para tener una visión más completa.
Recordá que comentar también es compartir. Un like, un emoji o un comentario ayudan a que un contenido se difunda. Si no estás seguro de que sea cierto, no reacciones. Y si sabés que es falso, reportalo.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia

