El 3 de marzo de 1857 fallecía el ilustre Almirante Guillermo Brown, figura emblemática de la historia naval argentina. Nacido en Irlanda, el 22 de junio de 1777, llegó a las costas rioplatenses en 1809 y se destacó en la defensa contra el dominio español. Su vida estuvo marcada por su amor al mar y su dedicación al servicio de su patria adoptiva.
A los 9 años emigró a Filadelfia con su padre y, tras quedar huérfano, se embarcó bajo las órdenes de un capitán norteamericano, despertando así su pasión marítima. En 1809, llegó al estuario rioplatense y se estableció en Montevideo, dedicándose al comercio y al transporte entre Buenos Aires y la Colonia.
En 1814 Brown fue nombrado Teniente Coronel y Jefe de Escuadra, esa designación marcó el inicio del glorioso destino de nuestra Marina de Guerra y de quien sería, a partir de ese momento y para siempre, el Almirante inmortal.
Brown lideró la toma de Martín García y participó en combates cruciales como El Buceo, Arroyo de la China y Montevideo, que aseguraron el dominio patriota en las aguas del sur del continente. Entre 1815 y 1816 emprendió una campaña por aguas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia, donde llevó las ideas de libertad de la Revolución de Mayo hasta aquellas regiones y fue precursor de la gesta libertadora que llevaría a cabo San Martín.
En 1825, demostró su ingenio y valentía al formar una nueva escuadra para enfrentar al Imperio del Brasil, defendiendo las fronteras durante más de tres años en batallas como Los Pozos, Sarandí, Quilmes, Juncal y Monte Santiago.
A lo largo de su vida, Brown fue solicitado en varias ocasiones para intervenir en acciones navales destinadas a proteger las aguas argentinas de potencias extranjeras, demostrando una y otra vez su compromiso con la causa patria.
Su grandeza ética y moral se destacó en una época difícil de la historia argentina, enfrentando divisiones internas, un enemigo poderoso y carencias materiales. “Irse a pique antes que rendir el pabellón” fue su lema, y sus acciones en combate, como en Quilmes, personificaron este compromiso inquebrantable.
Falleció el 3 de marzo de 1857, pero su legado perdura en la Armada que fundó. Su vida, marcada por la determinación, coraje y voluntad, es un ejemplo de servicio a la República. Brown simboliza las glorias navales de Argentina, y su influencia perdura en el espíritu y valores de las generaciones de marinos hasta hoy.
El Almirante en la Casa Rosada
En una de las oficinas de la planta baja del Palacio de Gobierno, que pertenece a Casa Militar, se encuentra una obra de arte que forma parte de la Colección Presidencia de la Nación.
Esta pintura, donada por la Secretaría de Estado de Marina en 1965, es un homenaje al padre de la Armada Argentina, que recuerda su liderazgo y coraje, fundamentales para la defensa de nuestras costas y la protección de la soberanía nacional.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia