Ayer escuchaba atentamente por los canales de noticias a abuelos que decían: “Yo llegué a las 3 de la mañana para hacer la cola en el banco, no pude ir al baño, ni tomar nada calentito”. La entrevista se realizó a las 09:00 horas de la mañana. Miles de jubilados salieron de sus casas a buscar dinero, ya que la cuarentena nos convierte en presos del hogar. Luego la iluminación y la ayuda comenzaron a llegar desde el gobierno y los municipios, cerca del mediodía. Algo lógico. Alcohol en gel, baños, ambulancias, policías, etc.
Pero ¿por qué ocurrió todo esto y llegó tan tarde a la población? “Aparentemente” fueron los medios de comunicación los que mostraron la realidad. ¡Sí, señora, sí! señor, fueron los medios de comunicación y sus periodistas, los que siempre tienen la tarea de estar con el pueblo, en las buenas y en las malas. Algunos expertos dicen que no hay que ver tantas noticias, porque generan miedo y es aceptable por la gran dosis de información sobre el virus que gira en la TV, diarios, radio y redes sociales. Ingerir tanta información te puede producir emociones desagradables y sí coincido que no tenemos que ir a dormir con esas imágenes en la cabeza. Pero ayer se demostró lo contrario, si los medios no hubieran revelado la desorganización para que los jubilados cobren, nadie les hubiera llevado un frasquito de alcohol en gel.
Los otros actores más escondidos, como siempre, fueron los bancos, que también son responsables de la atención que deben tener con el pueblo o clientes. Señor banquero, ¿no se le ocurrió insertar su perfumada mano en su bolsillo y alquilar unos baños químicos, comprar gel y servir café caliente, por lo menos a los que fueron de madrugada? ¿O sólo atienden con cafecito a los clientes VIP de los bancos? Creo que las cosas deberían cambiar para que, de una vez por todas, los bancos estén verdaderamente al servicio de la gente. Para reflexionar. Endemoniamos a los periodistas y a los medios de comunicación, pero al final del camino son los que siempre están firmes junto al pueblo.
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