El juez federal de Río Gallegos, Claudio Vázquez, homologó un acuerdo de conciliación para que el parrillero Raúl F., que durante cuarenta años usurpó una identidad, pueda reparar el daño causado. Esto fue posible gracias a que el magistrado aceptó el pedido de la defensa de Raúl y del fiscal Julio Zárate, que entendió que los hechos se dieron en contextos de discriminación y la exclusión social que sufrió el imputado.

El primero de agosto del año pasado,  La Opinión Austral publicó su historia. Nació mujer el 21 de junio de 1953 en Albardón, un pueblo rural de la provincia de San Juan, y tras el abandono de su madre, fue criado por su abuelo.

Con el golpe cívico militar de 1976, se mudó a Buenos Aires en busca de trabajo, pero para entonces ya se asumía un varón trans, por lo que pensar en la idea de que lo contrataran era prácticamente imposible. Fue entonces que decidió utilizar un documento de identidad que había encontrado y con él permaneció cuatro décadas.

Como la foto del documento era borrosa, nunca importó si se parecía o no a la persona cuya identidad había usurpado para presentarse en trabajos, vinculados siempre a la gastronomía.

En el campo se acostumbraba a hacer muchos asados y era algo que me salía muy bien, por eso encontré ahí no sólo una pasión, sino una salida laboral. Era lo que yo sabía hacer. Ninguna parrilla me iba a contratar sin libreta sanitaria y con un documento de mujer, que en esa época menos que menos les daban esos trabajos“, dijo Raúl en aquella nota, a la que sólo accedió través de WhatsApp y por intermedio de su abogado, Matías Gutiérrez.

La causa en su contra se inició hace diez años. Para entonces, Raúl ya vivía en El Calafate, donde es dueño de una parrilla, se había casado con una mujer e incluso adoptó una hija.

El hecho se descubrió porque hubo un tiempo en el que tuvo problemas con el pago de aportes y contribuciones del personal. Esto le generó deudas con el fisco y las intimaciones le fueron notificadas a la persona que había perdido ese ejemplar del DNI, que denunció que alguien se hacia pasar por él para destrabar el embargo que pesaba en su contra.

La Justicia encontró a Raúl en 2015, mediante tareas de inteligencia. La causa fue girada a los estrados federales de la capital santacruceña y desde ahí se ordenó un allanamiento en el que encontraron el documento, de tipo libreta verde.

El parrillero había dejado ya de usar la identidad robada, ya que en 2014 se inscribió con su identidad de genero autopercibida. Sobre el día en el que le dieron su propio DNI, contó que “me sentí libre por primera vez. Por fin un documento me representaba y reconocía mi verdadera existencia“.

El procesamiento por uso de documento adulterado en concurso ideal con el delito de defraudación cesó finalmente la semana pasada, cuando las partes arribaron a un acuerdo en un expediente que tuvo varias idas y vueltas.

Espero que nadie, nunca más, tenga que pasar por lo que yo pasé, tapando su verdadera identidad para poder subsistirQue el reconocimiento de la diversidad a nivel social y legal les permita vivir libres, así como me sentí yo el día que sostuve por primera vez mi documento“, dijo en aquella conversación que intercambiamos en 2022.

En la resolución se dejó constancia del pago que realizó, acordado en la conciliación, de nueve UMAS (Unidad de Medida Arancelaria) a favor de la Unidad 15 del Servicio Penitenciario Federal en concepto de reparación del daño causado. En ese sentido, el juez Vázquez le pidió a la institución carcelaria que, con esa suma, “dé cumplimiento a la compra de insumos y elementos necesarios para los talleres”.

El juez tuvo además en cuenta que la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal Federal puso en vigencia, en noviembre de 2019, herramientas valiosas para la solución de conflictos que busquen restablecer la paz social.

“Esta nueva perspectiva nos exhorta a analizar los delitos en su carácter de conflictos sociales, que requieren de abordajes complejos por tratarse de fenómenos multicausales, así como a ser abiertos a la búsqueda de soluciones que no se limiten a la aplicación de una sanción, sino antes bien a alternativas que procuren una restauración del orden social convulsionado por la transgresión de la norma”, indicó el magistrado al sitio del Ministerio Público Fiscal.

Por otro lado, vale mencionar que la víctima de usurpación de identidad nunca se mostró interesada en el proceso judicial en contra de Raúl y, por lo tanto, tampoco en recibir sus disculpas ni un resarcimiento económico.

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