La séptima fecha de la IAME Series Argentina presentó un desafío mayúsculo para Thiago Díaz, que venía de una previa con buenas sensaciones y objetivos claros: sumar fuerte y entrar a la Copa de Oro. La jornada comenzó cuesta arriba. En clasificación, cuando buscaba la vuelta rápida, un problema en el sector delantero del kart —un soporte del radiador se rompió y rozó el piso— lo condicionó y lo dejó P8. Aquella incidencia determinó su posición de largada para las mangas.

En la Manga 1, largó 8º por afuera, perdió terreno en la primera curva en medio del barullo del pelotón y pasó 12º en el primer giro; desde allí se asentó en el ritmo y cerró tras una remontada paciente. En la Manga 2, volvió a partir y, otra vez desde el carril externo, quedó rezagado en el tránsito de la curva 1 (zona en la que se definieron varias posiciones durante todo el fin de semana). Se estabilizó en mitad de pelotón y cruzó , con tiempos consistentes pero sin la ventana limpia para avanzar más.

El Sprint fue la nota más ingrata del sábado: un toque en la largada dañó el paragolpes y la trompa; con la pieza rozando la rueda delantera, Díaz se vio obligado a guardar el kart para evitar mayores perjuicios. Ese cero lo dejó con una grilla exigente para la definición del domingo.

La Final encontró a Thiago largando y, sobre todo, con el plan claro: sobrevivir a la primera vuelta, administrar gomas y atacar rápidamente. Cumplió el libreto al pie de la letra. Con tránsito limpio y maniobras precisas, fue capitalizando los huecos que se abrían en la fila india y, ya en el tramo decisivo, se encontraba comodamente en el 3º puesto.

Thiago junto a Javier Fichera, compañero de equipo en Weck Racing, categoría School Master quien también se ubicó tercero.

El balance dejó dos certezas para el riogalleguense: por un lado, el ritmo de Final para correr de igual a igual con cualquiera; por otro, el objetivo de mínima cumplido con creces, ya que el paquete de puntos lo clasificó a la Copa de Oro (instancia reservada a los diez mejores del campeonato que definirá el título anual). En ese contexto, el valor deportivo del podio se multiplicó: llegó después de una clasificación condicionada y de mangas en las que tocó remar desde afuera en la curva 1, una zona que no perdonó errores.

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