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Por Santiago Basso. (BAE Negocios)
“Trabajo sí, empleo no” parece un oxímoron, pero hoy es una realidad global: el auge del trabajo independiente. Según Lynda Gratton, profesora de la London Business School, más personas eligen no estar en una nómina permanente y apuestan por independencia laboral, tal como plantea en Harvard Business Review (HBR). Esta preferencia es impulsada por la búsqueda de autonomía. Los freelancers valoran la posibilidad de elegir cuándo y dónde trabajar, además de definir su propia trayectoria profesional. Para muchos jóvenes esta libertad dejó de ser un lujo para ser una necesidad.
Gratton y Diane Gherson, exdirectora de Recursos Humanos de IBM, remarcan que las compañías viven un desafío creciente: no encuentran el talento que necesitan y tampoco logran convencer a los perfiles más calificados para incorporarse a tiempo completo. Como consecuencia, el modelo freelance se expande.
La estabilidad ya no es sinónimo de éxito
El sueño de entrar a una empresa “para toda la vida” se desdibuja. Hoy la prioridad es trabajar cómo, cuándo y para quien se desea. Según el estudio “Jóvenes y Trabajo: Realidad, Expectativas y Desafíos en un Contexto de Incertidumbre” (Reyes-Filadoro y Enter Comunicación), el 76% de los jóvenes confía en que conseguirá el trabajo que desea, pero no apuesta por la relación de dependencia ni por el largo plazo.
El relevamiento -sobre 700 personas de entre 18 y 35 años- arroja resultados que marcan tendencia:
- El 77% prefiere trabajar entre 6 y 8 horas, pero con una relación flexible: objetivos antes que horarios.
- El 37% ya trabaja de manera independiente, la modalidad predominante en su generación.
- Entre quienes tienen menor nivel educativo, el 70% trabaja por cuenta propia.
- El 21% de los jóvenes de 18 a 24 años prefiere un trabajo informal.
- Entre 25 y 35 años, el 50% prioriza un empleo estable y el 30%, uno con horarios fijos.
Freelance: menos dependencia, más dólares
La remuneración también impulsa el salto hacia la independencia. Mientras los salarios locales muestran gran dispersión, el exterior se convierte en una oportunidad tentadora. Datos de BitWage indican que el promedio mensual de ingresos de freelancers argentinos en los últimos 12 meses fue de USD 1.475, pero en los últimos tres meses ese ingreso trepó a USD 2.586.
“El argentino tiene una adaptación admirable. Esa elasticidad lo vuelve muy competitivo afuera”, afirma Guillermo Escudero, director de CryptoMarket. La tendencia no es marginal: según HBR, en 2023 el 52% de la Generación Z y el 43% de los millennials eran freelancers. Gartner estima que para fines de 2025, entre el 35% y el 40% de la fuerza laboral mundial será independiente.
Las empresas se enfrentan así a un modelo híbrido complejo, donde conviven empleados estables y trabajadores por proyecto.
¿Y las empresas? Orden, cultura y motivación
El desafío para quienes contratan es enorme. Como plantea Gratton, estas son preguntas clave que deben hacerse hoy las organizaciones:
- ¿Quién soy? ¿Cómo creo un buen trabajo? ¿Cómo sostengo el sentido de pertenencia?
- Los dilemas que vienen incluyen: Jerarquía y autoridad
- La relación jefe-empleado es distinta a la que se establece con un freelancer. La autoridad formal se debilita y las empresas deben redefinir cómo gestionarla.
Motivación y compromiso
Los incentivos tradicionales –aumentos salariales, ascensos, carrera interna– no aplican al trabajo independiente. Y entre empleados surge otra tensión: ¿cómo pedir compromiso cuando un freelancer tiene más autonomía haciendo tareas similares?
Evaluación y resultados: los empleados suelen tener responsabilidades diversas, por lo que se los evalúa de manera integral. En cambio, a un freelancer se lo juzga por los resultados concretos de un proyecto. Aun así, el staff de tiempo completo sigue siendo vital. “Son el motor de la cultura, los contratos y las redes”, afirma Gratton. El rol de los CEOs será entender qué puestos necesitan estabilidad y cuáles pueden tercerizarse.
Qué estrategias adoptan las empresas líderes
- Algunas organizaciones ya rediseñan su estructura para integrar mejor a los independientes:
- Cultura compartida: incorporar al freelancer a la cultura desde el inicio del proyecto.
- Retención de conocimiento: prácticas estrictas de gestión, herramientas colaborativas y responsables internos para los entregables clave. Empresas como J&J usan IA para centralizar información crítica y evitar pérdidas cuando un freelancer se va.
- Patrocinio de talento independiente: los gerentes adoptan un rol de “sponsors”, ofreciendo proyectos desafiantes que aporten valor a la carrera del freelancer. HSBC destaca que muchos eligen la empresa justamente para participar en transformaciones estratégicas.
La pregunta ya no es si las empresas trabajarán con freelancers, sino cómo lo harán sin perder cultura, orden y motivación.
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