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Un vehículo de matrícula paraguaya llegó en balsa a la Terminal Fluvial de Puerto Iguazú con tres pasajeros en su interior: el personal aduanero notó que los hombres estaban acalorados y que el aire acondicionado estaba encendido, pero no enfriaba. Al inspeccionar la rejilla por la que debía salir el frío con una linterna notaron el reflejo de un papel brillante.
Tras desarmar esa parte del auto encontraron 67 celulares nuevos. La Aduana secuestró la mercadería valuada en más de $3 millones y el Juzgado Federal de Eldorado imputó a los tres pasajeros por contrabando en grado de tentativa.
El descubrimiento comenzó cuando una balsa proveniente del país vecino amarró en la Terminal Fluvial de Puerto Iguazú. Tras el descenso de los vehículos, el personal aduanero comenzó con los controles de rutina. Cuando llegó el turno de un auto Toyota color gris, un detalle llamó poderosamente la atención: el aire acondicionado.
Mientras los agentes realizaban las preguntas de rutina a los tres pasajeros notaron que estaban muy acalorados y que el aire acondicionado del vehículo estaba encendido, pero que no enfriaba.
El personal de la Aduana decidió indagar sobre el inconveniente técnico del auto y con una linterna alumbraron la rejilla por la que debería salir el frío. Cuando iluminaron el artefacto observaron un brillo que se reflejaba en un papel. Ante la extraña situación decidieron hacerle caso a su instinto y procedieron a desarmar ese sector del auto.
Así, descubrieron que el aire acondicionado no funcionaba porque en su lugar había teléfonos de procedencia extranjera, nuevos, dentro de sus cajas y con sus respectivos accesorios. En total eran 67 celulares Xiaomi modelos Poco C40 y Redmi 12C.
Los agentes del organismo dieron intervención al Juzgado Federal de Eldorado y secuestraron toda la mercadería valuada en $3.292.404,71. La Justicia imputó a los tres pasajeros por el delito de contrabando en grado de tentativa.
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