“Es una fase” suelen escuchar quienes cuentan que sienten atracción afectiva o sexual hacia personas de más de un género. No están confundixs, son bisexuales.

Juan Pablo Ares (41) desde CABA y Eme Mamani (27) desde Río Gallegos contaron a La Opinión Austral cómo viven su orientación y cuál es la importancia del día internacional que se conmemora cada 23 de septiembre.

“La bisexualidad es que te guste tu propio género y/u otros. Pero como todo en la diversidad, hay muchas formas de definirla. Es una identidad fluida en donde se vive la sexualidad de forma libre”, explica Eme a La Opinión Austral. Para él, “la visibilidad de la sexualidad e identidad es en sí un posicionamiento político, vivirla y disfrutarla implica un costo: la marginalidad, la exclusión, el castigo de una sociedad heteronormada; por eso necesitamos políticas de contención y sensibilización para el pleno reconocimiento como sujetes de derecho”.

Convencido de lo esencial de la acción, Eme es hoy militante político, activista por los Derechos Humanos y presidente de la Mesa Provincial Permanente por los Derechos LGBTI+ de Santa Cruz.

En CABA, Juan Pablo, quien es activista de la FALGBT+ y trabajador de la Defensoría LGBT de la Defensoría del Pueblo de CABA, recuerda que “cuando estaba en el colegio ni se hablaba de bisexualidad, nos daban un video, nos decían que había que ponerse un preservativo y a las chicas les hablaban de menstruación y toallitas“.

Analiza que hoy “todas las orientaciones son más visibles que antes. Creo que a raíz de la conquista del matrimonio igualitario en Argentina, de la ESI y la Ley Integral Trans, se fue visibilizando mucho más que antes”. Sin embargo, reparó en que la bisexualidad “sufre de visibilización e invisibilización, ya que uno de los grandes estereotipos que existen es que es una fase, una confusión, una falsa dicotomía entre heterosexualidad y gay/lesbiana que hace que a veces seamos invisibles”.

Eme coincide y añade que “les bisexuales tenemos a veces una doble invisibilización, primero por la sociedad y segundo por algunas personas de nuestro propio colectivo. Se cree que la bisexualidad es una transición o que estamos confundides. También existe un prejuicio sobre la hipersexualidad, la promiscuidad o la infidelidad, en caso de tener pareja“.

Fechas como el día internacional, sostiene Juan Pablo, permiten que “podamos dar visibilidad al tema, desarmar estereotipos y prejuicios. Presentarles a adolescentes referencias positivas y que ser bisexual, como otras orientaciones e identidades, es válido y es importante poder reconocerlo”. Añade además que “nuestra experiencia yendo a espacios con jóvenes es que la bisexualidad es una orientación sexual fuertemente predominante. Más allá de que una persona pueda devenir a estar con una pareja o con otra, a querer una relación monogámica o a formar una familia, eso no quita su bisexualidad”.

“Es menester continuar visibilizándonos porque lo que no se nombra no existe y lo que se nombra construye realidades. Es a través de la construcción colectiva que podremos sentar las bases para una sociedad más justa y libre de prejuicios”, cierra Eme.

Leé más notas de Belén Manquepi Gómez