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Con una historia que habla de decisión y aprendizaje acelerado, Noa Gauto dio un salto deportivo: luego de formarse en karate aceptó la invitación de un compañero para probar una clase de taekwondo ITF. Se integró al grupo de Hwa Rang, entrenó con intensidad de tres horas diarias y, en apenas seis meses, subió al podio mundial en la capital argentina. El logro tuvo además una arista colectiva: su amigo Benjamín Taboada (9) también consiguió bronce en su categoría.
El World Championship – Taekwondo ITF 2025 se desarrolló durante varios días en Buenos Aires y reunió a delegaciones numerosas, con llaves densas y combates exigentes. En ese contexto, Hwa Rang sostuvo una línea competitiva pareja: además de Noa y Benjamín, se destacaron en infantiles Ciro Mansilla (10); en juveniles, Alejo Franck; y en adultos, Ignacio Taboada, Lucía Aristimuño y Maxs Scarrttezzini. La nota más alta la dio Rubén Espíndola, quien se consagró campeón del mundo en la división de adultos, coronando una campaña sin fisuras.
El caso de Noa resume una tendencia alentadora para el deporte formativo: la interdisciplina como camino de crecimiento. Con base técnica forjada en el karate, la transición al ITF se apoyó en la disciplina cotidiana, la lectura táctica del combate y la capacidad de adaptación a un reglamento diferente. El resultado fue inmediato: bronce mundial y una gran proyección.
La Academia Hwa Rang, ratificó así un perfil competitivo que combina semillero y alto rendimiento. Desde el trabajo diario en el tatami hasta la logística de viajes y presentaciones, el equipo sostuvo un plan que priorizó el rodaje y la experiencia internacional sin descuidar la formación integral. El impacto del medallero completo en Buenos Aires funciona, además, como un estímulo para nuevas camadas de chicos y chicas que encuentran en las artes marciales un ámbito de pertenencia, disciplina y superación personal.
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