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Con apenas 12 años, Aaron Unquen ya es campeón sudamericano y panamericano de taekwondo. Desde Caleta Olivia, este pequeño gigante del deporte santacruceño entrena todos los días con un objetivo claro: representar a la Argentina en el Mundial de Taekwondo 2026, que se disputará en España. Pero ese sueño, como tantos en el deporte amateur, implica mucho más que esfuerzo físico y talento: también demanda una enorme logística económica.
Aaron y su madre, Gabriela Maldonado, dialogaron con Radio LU12 AM680 sobre el camino recorrido hasta hoy, los torneos que se vienen y la colecta solidaria que pusieron en marcha para poder costear el viaje. Porque, como explicó Gabriela, “el competidor tiene que pagar todo: pasajes, estadía, inscripción… y todo a precio dólar”.
El caso de Aaron refleja una realidad extendida en el deporte argentino: sin financiamiento público estable, las familias deben asumir por completo los costos para que sus hijos puedan competir. En este caso, la meta está puesta en octubre de 2026, pero los preparativos comenzaron con anticipación. “Calculamos que el viaje va a superar los 2 millones de pesos, y en un país con una economía tan inestable, eso puede duplicarse en cualquier momento”, dijo Gabriela.
Un camino de esfuerzo desde los 3 años
Aaron comenzó a practicar taekwondo a los 3 años, como una actividad extracurricular del jardín de infantes. Desde entonces no paró. Hoy entrena todos los días bajo las órdenes del sabomin Fernando Tapia, en el Tap Team, perteneciente a la Asociación Pingüinera “Pinino” Tapia, una institución reconocida por su trabajo en la formación de atletas.
La rutina de Aaron es exigente: lunes, miércoles y viernes entrena en el Tap Team; el resto de la semana lo hace en el gimnasio Pancho Cerra. “Estoy todo el día ocupado con actividades”, comentó al aire, reconociendo que, aunque disfruta del deporte, a veces se pierde cosas propias de su edad. A pesar de eso, mantiene buen rendimiento escolar y actualmente cursa séptimo grado.
Con perfil bajo, Aaron contó que sus compañeros y docentes saben de sus logros, aunque a veces no los comparte por vergüenza. “Me felicitaron en los entrenamientos y mi familia también, pero no siempre lo cuento en la escuela”, reconoció.
El valor del acompañamiento familiar
El proceso que vive Aaron no sería posible sin el respaldo de su entorno. Gabriela destacó el rol de toda la familia: “Lo acompañamos siempre: su papá, sus hermanas, los abuelos… Todos estamos detrás de él”. Pero no siempre fue fácil. Uno de los momentos más difíciles fue cuando Aaron viajó solo a Paraguay para competir en el Sudamericano. “Fue la primera vez que no lo acompañamos. Nos enteramos recién a las 10 de la noche que había salido campeón. Fue mucha intriga, muchos nervios”, recordó la madre.
Ahora, el nuevo objetivo es más ambicioso. Y, en paralelo, sigue participando en competencias locales: en lo que resta del año estará en la Copa de la Niñez en Caleta Olivia y posiblemente en otra competencia en Perito Moreno, en octubre o noviembre.
Empanadas, rifas y donaciones: una campaña con el corazón
Para afrontar los gastos del viaje a España, la familia Unquen lanzó una campaña de recaudación con una consigna clara: no piden dinero en efectivo, sino donaciones de productos o insumos para generar ingresos a través de ventas y sorteos.
“El fin de semana pasado vendimos más de 30 docenas de empanadas, y nos ayudaron con donaciones de cebollas, bandejitas, bolsas, carne… Todo eso lo usamos para producir y vender, y así juntar plata”, detalló Gabriela. También recibieron el apoyo de comercios y hasta de un concejal de Pico Truncado, localidad vecina.
El criterio es la transparencia. “Queremos que sea todo claro, que la gente sepa que lo que aporta se transforma en algo concreto. En estos tiempos, la desconfianza está a la orden del día, y más cuando se trata de un nene”, afirmó.
Un ejemplo de esfuerzo patagónico
La historia de Aaron no es sólo la de un deportista talentoso. Es también un testimonio del sacrificio que implica representar al país desde una ciudad del interior, lejos de los grandes centros de alto rendimiento y sin estructura de respaldo.
Cada empanada vendida, cada bolsita de cebolla donada, cada bono impreso en casa, son ladrillos en una construcción colectiva que va más allá del deporte: son una apuesta al futuro, a los valores y al compromiso que Aaron representa.
Desde La Opinión Austral, y en conjunto con Radio LU12 AM680, seguiremos de cerca la evolución de esta campaña. Mientras tanto, quienes quieran colaborar pueden comunicarse a través de los números 2974 76-2501 o 2974 32-2485, para aportar insumos, premios para rifas o cualquier ayuda que sume.
En palabras de Gabriela, “no pretendemos que nos den dinero, solo herramientas para generarlo. Todo lo que llega se transforma en acción”.
Aaron sueña con subir al tatami en el Mundial 2026. Y con cada paso que da, demuestra que los sueños, cuando se sostienen con trabajo, compromiso y comunidad, están un poco más cerca de hacerse realidad.



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