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A 2.600 kilómetros de la sede del Millonario, en el corazón de Río Gallegos, una familia sigue de cerca cada paso de su hijo en el mundo del fútbol. Leonardo Luna, categoría 2009, volvió a ser titular en la Séptima División de River Plate y completó una actuación sobresaliente en la victoria por 4 a 2 frente a Unión de Santa Fe.

Leo, con la número 5 en la espalda y la responsabilidad de ser el eje en la mitad de la cancha, jugó su segundo partido como titular y demostró por qué en Núñez hay grandes expectativas puestas en él. Con apenas 15 años, el volante surgido del club Ferrocarril YCF de la capital provincial, dejó una imagen solida, madura y repleta de argumentos futbolísticos que explican su ascenso dentro de las inferiores del Millonario.

El equipo dirigido por Damián Castellanos formó con Braulio Dieguiz; David Silva, Dylan Baigorria, Diego Olivera, Joel Pensotti; Leonardo Luna; Galo Escobar, Tobías Goitya, Luca Scarlato; Joaquín Amor y Elías Cantero. El resultado final fue un 4-2 a favor de River, con goles de Tobías Goitya y Joaquín Amor, ambos por duplicado.

 El 11 de Damián Castellanos en Santa Fe. El 11 de Damián Castellanos en Santa Fe.
El 11 de Damián Castellanos en Santa Fe.

Pero los flashes no solo se centraron en los goleadores. A lo largo de los 90 minutos, Luna se adueñó del mediocampo. Los videos que circularon en las redes sociales y medios partidarios reflejaron su capacidad para ubicarse entre los centrales y ser siempre opción de pase. Bajo presión, mostró una serenidad impropia para su edad: salidas claras con zurda, toques de primera para limpiar jugadas, y un juego preciso que permitió a sus compañeros avanzar con fluidez.

En defensa, su lectura fue clave. Cortó contragolpes, corrigió errores ajenos y se mostró firme en las divididas. Los centrales lo buscaron constantemente como salida, y él respondió con solvencia, incluso cuando recibió de espaldas. En varias oportunidades relevó a los laterales y se hizo cargo de “meter” para quedarse con esas segundas pelotas, consolidándose como el eje del equipo.

Uno de los momentos más destacados del encuentro ocurrió a los 64 minutos: tras una gestación suya, habilitó con criterio a un compañero que asistió a Goitya para marcar el 3-2 parcial. Fue una jugada que sintetizó su influencia en el juego con su lectura y pase rápido para desequilibrar.

River suma 27 puntos, con ocho triunfos, tres empates y una sola derrota, ubicándose en el cuarto puesto de la tabla. El nivel mostrado por Luna representa no solo una buena noticia para el equipo, sino también para el proyecto integral del club, que apuesta a la formación de talentos desde temprana edad.

Desde Río Gallegos, su papá Sebastián Luna, actual campeón de la Liga Fútbol Sur con UPP, sigue cada partido con orgullo. Leo vive desde los 11 años en la pensión de River y no deja de crecer. No es la primera vez que su nombre suena fuera de las canchas: en fechas recientes se lo ha visto como alcanzapelotas en el estadio Más Monumental, una pequeña pero significativa muestra del lugar que va ganando en el mundo River.

El surgimiento de jugadores del interior profundo, como Luna, no solo renueva la esperanza de los clubes sino que también visibiliza el esfuerzo silencioso de cientos de chicos que dejan su casa, su ciudad y su familia por un sueño. El camino es largo, pero días como este confirman que el sacrificio vale la pena.

El fútbol argentino está lleno de historias que nacen lejos del centro, en canchitas de tierra, con viento en contra y noches de invierno patagónico. Leonardo Luna es una de esas historias. Una que, con trabajo, humildad y talento, sigue escribiéndose cada fin de semana en las canchas del Millonario.

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