Cristina Kirchner celebró la elección del nuevo papa León XIV: “No creo en las casualidades” 

En una jornada cargada de simbolismo para los fieles argentinos, Cristina Fernández de Kirchner compartió un mensaje sobre la elección del nuevo papa León XIV, destacando la coincidencia con el Día de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina y de Río Gallegos. “No creo en las casualidades”, expresó la ex presidenta y referente del peronismo en sus redes sociales.

La ex mandataria subrayó el valor simbólico de que el flamante pontífice, el estadounidense Robert Francis Prevost, asumiera su cargo justo en una fecha clave para la religiosidad popular del país. “Nos habló en nuestra lengua, rezó por la paz y recordó con afecto a Francisco”, dijo en un mensaje compartido en sus redes sociales, marcando un gesto de continuidad con el papado del argentino Jorge Bergoglio.

Cristina Kirchner también puso en valor el nombre elegido por el nuevo papa: León XIV, en clara alusión a León XIII, considerado el padre de la Doctrina Social de la Iglesia. “Fue el Papa del trabajo… padre de la doctrina social de la Iglesia, a partir de su maravillosa encíclica Rerum Novarum”, recordó la expresidenta, conectando el legado eclesiástico con su visión sobre el rol del Estado y los derechos laborales.

El mensaje completo fue acompañado por una imagen del nuevo papa en el momento de su asunción en el Vaticano. En un tono reflexivo, Cristina cerró su publicación reafirmando: “Lo dicho… no creo en las casualidades”.

Repercusiones políticas

Varios referentes del oficialismo también se manifestaron. Nicolás Kreplak, ministro de Salud bonaerense, destacó la esperanza de que el nuevo pontificado continúe con la mirada social de Francisco, especialmente en temas como la salud pública. Por su parte, Sergio Massa resaltó la herencia de León XIII en la figura de Prevost, celebrando una línea de pensamiento que defiende a los más vulnerables y promueve la justicia social.

Con el nuevo papa León XIV, la política argentina vuelve a mirar hacia Roma, entre lecturas religiosas y señales que algunos, como Cristina Kirchner, prefieren no atribuir al azar.