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La natación juvenil argentina completó en Cochabamba una actuación que la dejó instalada entre las potencias de la región. Después de cuatro jornadas intensas en altura, la Selección cerró su participación con el primer puesto en la categoría Juvenil B de la Copa Pacífico, el tercer lugar en Juvenil A y el subcampeonato general tanto en la Pacífico como en la Copa Julio Maglione, en un balance que combinó medallas, marcas y roce internacional de alto nivel. En ese recorrido, el equipo nacional sumó 68 podios, con días en los que encadenó 12, 13, 17 y 19 medallas respectivamente.

En ese contexto, el aporte patagónico tuvo nombres propios: la riogalleguense Dana García, de Hispano Americano, se convirtió en una de las caras visibles del equipo argentino. A lo largo del certamen logró oro en 1500 metros libre, plata en 800 libre, plata en 200 espalda y podios en 200 y 400 combinados, además de integrar relevos como el 4×100 libre que superó al combinado de Brasil en la jornada inicial. En la Copa Julio Maglione también sumó medallas en las pruebas de fondo y combinado, con bronces en 1500 libre y 200 combinado, y actuaciones de finalista en otras distancias. Su nombre quedó asociado a la regularidad: casi cada vez que se tiró al agua, regresó con un resultado importante para el medallero nacional.

El otro representante de Río Gallegos, Joaquín Zuleta, reforzó la presencia del sur en las pruebas de mediofondo y fondo. Fue finalista en los 1500 metros libre en el debut de la Copa Pacífico, se ubicó entre los mejores en los 200 y 800 metros libre y tuvo su premio en el relevo 4×100 libre, donde integró el equipo que obtuvo un bronce para Argentina, su primera medalla en una cita internacional de esta magnitud. Sus tiempos lo dejaron bien posicionado en el grupo de fondistas juveniles que el cuerpo técnico seguirá de cerca.

Más allá de los resultados individuales, lo hecho en Bolivia dejó una señal clara para la natación argentina: el recambio está en marcha y compite de igual a igual frente a países con tradición en la disciplina, como Brasil, Colombia o Perú, en un contexto exigente por la altura y el calendario. Para la Patagonia y especialmente para Río Gallegos, el impacto es doble: dos nadadores formados en el Natatorio Wenceslao Peisci no sólo estuvieron a la altura del desafío, sino que también sumaron medallas, finales y puntos clave para las posiciones de Argentina.

Con el regreso al país llegará el momento de ajustar detalles y planificar los próximos objetivos internacionales. Pero lo conseguido en Cochabamba ya quedó escrito: Argentina terminó como subcampeona general, campeona en una categoría juvenil y con un grupo de chicos y chicas que confirmaron que el futuro de la natación nacional se construye brazada a brazada. Desde el sur, Dana García y Joaquín Zuleta aportaron lo suyo para que esa historia también tenga acento patagónico.

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