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Por estos días, el Boxing Club de Río Gallegos volvió a recibir una noticia que ratifica el valor de su trabajo de inferiores. Cuatro chicos de las divisiones infantiles fueron seleccionados por el Club Atlético Huracán tras participar de una serie de pruebas en el predio de La Quemita. Se trata de Lionel Donoso (2013), Tiziano Donoso (2015), Jorge Agapito (2014) y Faustino Rutte (2016), quienes ahora tendrán la oportunidad de continuar su formación futbolística en una de las instituciones más tradicionales del país.

El anuncio fue realizado a través de las redes sociales del club y no tardó en despertar el entusiasmo en la comunidad albiverde. La emoción, sin embargo, no es casual: detrás de esta selección hay un proceso sostenido en el tiempo, que involucra tanto al cuerpo técnico como a las familias y a la dirigencia. “Estamos felices por cómo nos están recibiendo los clubes en Buenos Aires. Que reconozcan al Boxing en ese ámbito es muy gratificante, y es fruto del trabajo serio que hacemos acá”, explicó a LU12 AM680 Enrique “Kike” Martínez, coordinador de las categorías infantiles del club.

FOTO: JUAN PALACIOS/LA OPINIÓN AUSTRAL

Martínez contó que el presidente del club también viajó a Buenos Aires para acompañar la gestión, y destacó el enfoque con el que el Boxing encara cada viaje. “Siempre evaluamos el perfil del club que nos pide jugadores y armamos los grupos a partir de eso. Buscamos que tengan más de una institución donde probarse para amortiguar el esfuerzo del traslado”, explicó. Esta estrategia permite que cada chico tenga una experiencia más enriquecedora y adaptada a sus características, sin apurarse ni forzar los procesos.

El caso de Jorge Agapito es ilustrativo: “Fue su segunda experiencia en Buenos Aires. La primera, en Banfield y Estudiantes, le costó mucho. Pero esta vez explotó en Huracán. Eso muestra que los tiempos son distintos para cada jugador, y que hay que acompañarlos con paciencia”, relató Martínez.

Además de Huracán, otros chicos de la delegación se encuentran a prueba en Defensa y Justicia, mientras que un tercer grupo tuvo la chance de entrenar en San Lorenzo. En todos los casos, el Boxing actúa como puente entre el talento local y las oportunidades que ofrece el fútbol argentino. Incluso jugadores del interior provincial, como Lautaro Werle y Lisandro Muñoz, se alojan en la pensión del club para continuar su formación en la capital santacruceña.

Esa apuesta por el desarrollo regional también traspasó fronteras. Dos chicos provenientes de Punta Arenas, por ejemplo, viajaron a Santiago de Chile y se encuentran entrenando en Unión Española, con la posibilidad de fichar en el mes de julio. “Nosotros apuntamos a que el pibe de acá tenga su chance. A veces el primer club no es el indicado, pero cuando aparece el momento justo, hay que estar preparados”, remarcó el coordinador.

Martínez hizo especial hincapié en el compromiso de quienes rodean a cada chico: “Esto no termina cuando el pibe se va del club. Nosotros seguimos en contacto permanente, sabiendo cómo están, acompañando a la distancia. Es un trabajo cotidiano y muchas veces invisible, pero esencial”.

También destacó el trabajo en red con otros clubes de Río Gallegos. “Con Talleres tenemos una buena relación, nos han derivado jugadores y todos ganan con eso. El objetivo es que los chicos crezcan, no ganar un torneo local. Acá no se trata de irse a la selección por salir campeón. El premio real es que un jugador llegue a cumplir su sueño”, sostuvo con firmeza.

Mientras los chicos seleccionados esperan novedades de Huracán y otros siguen rindiendo en Defensa y Justicia, el Boxing ya planifica nuevos viajes y mantiene abierta su red de contactos en el fútbol nacional. El presente ilusiona, pero el club sigue mirando a largo plazo. “Queremos que nos conozcan, pero también que nos respeten. No llevamos chicos por llevar. Evaluamos, formamos, acompañamos. Y cuando vemos que están listos, abrimos la puerta. Porque ahí empieza otra etapa, y el desafío recién comienza”, concluyó Martínez.

El fútbol de formación en la Patagonia tiene sus dificultades, pero también sus convicciones. Y el Boxing Club, con su trabajo silencioso y sostenido, se consolida como una de las referencias más firmes en ese camino.

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