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Los conductores de Crónica HD, Carlos Stroker, Melina Fliederman y Federico Frick, conversaron con el doctor Guillermo Rudolf, director de Nefra Bahía Blanca, y con la doctora Marinella Matoso, subdirectora de este centro de diálisis, quienes brindaron detalles sobre la valiente y solidaria labor que realizaron durante el fuerte temporal que afectó a la ciudad bonaerense el pasado viernes. Este fenómeno dejó un saldo de 16 fallecidos y casi 100 desaparecidos.
Un acto sumamente heroico, destacado en varias ocasiones en el estudio de televisión, fue el esfuerzo conjunto de los profesionales de la salud. No solo lucharon para evitar que el agua ingresara en las instalaciones y garantizar el bienestar de todos, sino que también, cuando la situación comenzó a mermar, fueron casa por casa para trasladar a los pacientes más complejos a Nefra.
“En este momento estamos en el centro de diálisis. Entiendo que tienen imágenes de lo que pasó el viernes, tremendo”, comenzó diciendo Rudolf. A continuación, relató cómo se vivió el inicio del devastador fenómeno climático: “Iniciaba el primer turno de diálisis y pasó esto. Hubo que suspenderlo, y la doctora que estaba en ese momento acá tuvo que desconectar a los pacientes. Algunos pudieron irse, y los que se retrasaron se quedaron acá hasta las diez de la noche porque no podían salir”.
Consultados acerca de los riesgos que implica la interrupción del tratamiento, Matoso explicó: “Por supuesto que hay, sobre todo porque tanto las máquinas como los sillones donde los pacientes se recuestan para el tratamiento disponen de electricidad. Entonces, hubo que suspender automáticamente el tratamiento previo a cortar la luz de todas las instalaciones y desfuncionalizar tanto las máquinas como los sillones”.
La doctora precisó que tres pacientes pudieron ser retirados por sus propios medios, mientras que cuatro quedaron evacuados en la planta alta del edificio, junto con todo el personal de enfermería presente. Su colega añadió: “El viernes no se pudo trabajar, el sábado bajó el agua, y cuando hay inundaciones, el problema es cuando el agua se va, porque queda todo un barrial. Este centro tiene capacidad para realizar 23 tratamientos simultáneos, con 23 máquinas y 23 sillones. Durante todo el sábado fue incansable”.
Limpieza profunda y búsqueda de pacientes
Los médicos destacaron con emoción que debieron enfocarse en dos cosas puntuales: evacuar y comenzar a limpiar. Además, buscaron un lugar alternativo con máquinas no afectadas para continuar con los tratamientos. Resaltaron igualmente la colaboración del personal de enfermería, mucamas, técnicos, transportistas y médicos. “Cuando lo vimos por primera vez, pensamos que nos iba a llevar un mes limpiar”, admitió Rudolf.
Para garantizar el bienestar de los pacientes, literalmente salieron a buscarlos: “La logística fue muy compleja. Primero tratamos de asegurarnos que los pacientes con mayor riesgo de complicaciones fueran los primeros en recibir asistencia. Algunos se presentaron en el hospital, mientras que otros fueron localizados por la poca telefonía que teníamos con familiares o transportistas. Los fuimos ubicando y acomodando en diferentes horarios para poder brindarles el tratamiento“, comentó Matoso.
Por su parte, Rudolf destacó: “Estuvimos 48 horas continuas haciendo diálisis porque teníamos menos máquinas para todos”, y agregó: “coordinar esto fue sin celular, a veces mensajes de texto“. Finalmente, valoró: “Hoy ya estamos dializando a los pacientes en el mismo lugar que estaba lleno de agua. Fue una tarea incansable. Mucha gente perdió cosas y, con su casa inundada y con barro, priorizó venir acá para poner en condiciones esto y poder trabajar normalmente. Nunca dejamos de atender, y ya estamos con una actividad normal. Es increíble”.
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