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Aldo Maximiliano Vannucci, un ciudadano argentino de 46 años, oriundo de Córdoba y conocido como el “monstruo de Fortnite“, fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a una pena histórica de 433 años de prisión por múltiples delitos de abuso sexual contra 26 menores. La sentencia, una de las más severas en su tipo, destaca el uso del popular videojuego Fortnite para contactar y manipular a sus víctimas.
La investigación reveló que Vannucci, quien operaba bajo el alias “Maxi” en Fortnite, donde les ofrecía regalos o dinero virtual para ganarse su confianza. Una vez establecido el vínculo, les daba PaVos –la moneda del juego–, skins y otros artículos a cambio de hacer videollamadas donde les pedía que se desnudaran.
Las imágenes y videos eran almacenados en sus dispositivos personales, organizados en una carpeta titulada “Angelitos” con más de 2000 archivos, y distribuidos a través de plataformas como Mega.nz.
Un patrón de abuso con antecedentes
Esta no es la primera condena para Vannucci, quien ya había cumplido una pena de 10 años por abusos cometidos a partir de 2005. A pesar de sus antecedentes, que incluyen detenciones en 2007 por tocamientos a niños y condenas por abusos como entrenador infantil, logró regresar a España tras ser expulsado, utilizando su pasaporte comunitario.
La nueva investigación comenzó en 2021, a raíz de la denuncia de un niño de nueve años que había mantenido contacto con un adulto a través de Skype. La colaboración de plataformas como Fortnite y Skype fue crucial para rastrear y detener al cordobés en julio de 2023.
Múltiples delitos
La condena abarca diez cargos por agresión sexual con penetración, incluyendo uno contra una adolescente de 16 años, hija de una conocida del acusado. Además, se suman diez delitos por abuso sexual, 18 por engaños y sexting, siete por producción de Material de Abuso Sexual Infantil (MASI) y 13 por ciberacoso o grooming. Se detectaron también 82 pagos realizados por Vannucci a cuentas de usuarios menores de edad vinculados a videojuegos. La sentencia contempla una compensación económica de 30.000 euros para las víctimas.
A pesar de que la Fiscalía había solicitado 325 años de prisión, y de que el Código Penal español establece un máximo de 20 años de cumplimiento efectivo, Vannucci rechazó un acuerdo judicial que le ofrecía una pena de 20 años y su expulsión a Argentina. Durante todo el proceso, el cordobés mantuvo su inocencia, alegando que las denuncias eran “mentiras” de los niños.
Una vez cumplido el período máximo de prisión efectiva, Vannucci podrá acceder a un régimen de tercer grado o libertad condicional, para luego ser expulsado de España por diez años. Un escenario que, lamentablemente, ya se ha repetido en su historial delictivo.
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