El Papa Francisco realizó la firma del decreto en el que declara Venerable Siervo de Dios al ya difunto argentino Enrique Shaw, quien se convertiría en el primer empresario beato del mundo. La firma de este decreto implica un paso previo a la beatificación de una persona. 

 

Enrique Shaw, apodado “el empresario de Dios”, fue fundador en 1952 y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), y desde ese rol concibió y empezó a desarrollar conceptos sobre el papel fundamental de las empresas en la economía y la sociedad de un país.

 

La causa de canonización de Enrique se inició en 2001 en el Arzobispado de Buenos Aires con un estudio riguroso de su vida en base a testimonios y escritos. Ahora, resta que El Vaticano reconozca que Dios obró un milagro por su intercesión, que en general se trata de un caso de una curación inexplicable para la ciencia

 

Desde la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa manifestaron su “alegría por la feliz noticia, que renueva el compromiso de nuestra comunidad con los valores humanos y cristianos”. 

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