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En un acto relámpago pero cargado de simbolismo político, el presidente Javier Milei acompañó este miércoles a su vocero y primer candidato a legislador porteño, Manuel Adorni, en una actividad de campaña en el barrio de Lugano, al sur de la Ciudad de Buenos Aires. La visita marca el ingreso más directo del mandatario a la contienda electoral porteña y apuntó, sin rodeos, a nacionalizar la elección del 18 de mayo.
“Si quieren ver una Argentina grande de nuevo, voten a Manuel Adorni. Adorni es la voz del Milei en la Ciudad para que la Argentina siga avanzando”, lanzó el Presidente frente a un nutrido grupo de militantes, en su mayoría jóvenes varones, que se agolparon en la puerta del local partidario decorado con pasacalles que decían “Adorni es Milei” y banderas violetas y amarillas. El clima fue festivo y ruidoso: bengalas, bandoneones y cánticos contra la oposición le pusieron color al evento, coronado por la presencia de un seguidor disfrazado de león.
La presencia presidencial se dio luego de su participación en la Expo EFI, donde arremetió contra “ñoños republicanos”, “sindigarcas” y “periodistas ensobrados”. Por la tarde, en Lugano, Milei endureció su mensaje: “Hemos logrado evitar la peor crisis de la historia de Argentina, hemos bajado la inflación de una manera sin precedentes, hemos ajustado a la política en casi 15 puntos. Están mejorando la economía, el salario y las jubilaciones”, sostuvo. Y añadió: “Para seguir avanzando en las ideas de la libertad es muy importante el último clavo en el cajón al kirchnerismo”.
Adorni, que habló brevemente antes del Presidente, también cargó contra el pasado político reciente: “Antes de pasarle el micrófono al Presidente, quiero que sepan algo: estamos escribiendo en la Ciudad la última página del libro que habla del kirchnerismo”.
El ingreso del mandatario fue caótico, entre forcejeos por una foto, cánticos y un cordón humano de militantes vestidos de negro que escoltaron al Presidente, su hermana Karina Milei y Adorni. Desde los techos, fuerzas federales monitoreaban el operativo de seguridad, que incluyó inhibidores de drones. El acto, originalmente pensado como caminata y postergado por la muerte del Papa, se transformó en una intervención de campaña acotada pero estratégica en uno de los barrios con fuerte presencia del peronismo.
La jornada cerró con Milei retirándose al grito de “¡Viva la libertad, carajo!”, mientras algunos vecinos opositores insultaban al paso del auto oficial, sin mayores incidentes. Desde el entorno del oficialismo, Pilar Ramírez, delegada de Karina Milei y responsable de la campaña porteña, destacó la convocatoria: “Nuestros votos son trasversales y quedó demostrado en la muy buena recepción que tuvimos con los vecinos de Lugano. Creemos que somos el único espacio que puede representar de verdad a esos sectores populares, de los cuales el resto de la política se aprovecha o niega sistemáticamente”.
La campaña de Adorni continuará en universidades privadas y culminará con un acto de cierre en una plaza porteña. Mientras tanto, la Ciudad sigue siendo escenario de una disputa entre el oficialismo nacional, el PRO y el peronismo, con Milei decidido a dejar su sello en la elección local.
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