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Con el sueño intacto y el corazón lleno de ilusión, Eros Herrera, un joven futbolista de Caleta Olivia, comenzó esta semana una nueva etapa en su carrera: fue convocado por el Club Atlético Boca Juniors para sumarse a sus divisiones formativas, dando un paso firme hacia el profesionalismo. Con apenas 16 años, Eros ya se entrena en el predio del Xeneize en Ezeiza y sueña con seguir creciendo en uno de los clubes más grandes del mundo.

Su recorrido no es casual. Eros se formó en Defensores del Sur una institución con fuerte arraigo barrial fundada en el corazón del barrio homónimo de Caleta Olivia. Allí, y vistiendo la camiseta número 10, empezó a mostrar sus condiciones técnicas y su entrega en cada partido. Más tarde, continuó su desarrollo en el Club Social y Deportivo Mar del Plata, donde también dejó su sello como uno de los talentos prometedores de la región.

La noticia de su llegada a Boca fue recibida con emoción y orgullo por su familia, sus clubes formadores y toda la comunidad caletense. En redes sociales, su madre, Karina Saracho, compartió un mensaje cargado de emoción: “Soñá hijo, que los sueños se cumplen. ¡Muchas felicidades mi bombón, lo lograste!“, escribió.

El joven se fotografió junto a los jugadores del Xeneize.

Desde el Club Mar del Plata también le dedicaron un posteo especial:

“Toda una vida por delante y ya estás cumpliendo un sueño. Sabemos que el camino no será fácil, pero también que el esfuerzo, la pasión y la entrega siempre dan frutos. Desde tu club y tu gente, te acompañamos con orgullo”.

Eros no tardó en responder con la misma humildad que lo caracteriza:

“Agradecer de corazón al club y también a todos los que me bancan siempre. Gracias a la prensa por la difusión y a cada persona que me mandó un mensaje, una foto o una palabra de aliento”, escribió.

El salto a Boca no es solamente un cambio de camiseta. Para el joven Herrera implica entrar en una estructura de formación profesional que exigirá esfuerzo, disciplina y adaptación, pero también le brindará la posibilidad de crecer rodeado de entrenadores, preparadores físicos y compañeros que comparten el mismo objetivo: llegar a Primera.

En un contexto en el que los clubes de Santa Cruz siguen formando talentos que cruzan las fronteras provinciales, la historia de Eros renueva la esperanza de tantos chicos y chicas que sueñan con hacer del fútbol una forma de vida.

Hoy Eros viste los colores azul y oro, pero no olvida de dónde viene. Y mientras empieza a sumar minutos y entrenamientos en el predio boquense, en Caleta Olivia su gente lo sigue alentando con la misma pasión de siempre. Porque como le dijo su mamá, “los sueños se cumplen“. Y el de Eros recién empieza.

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