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Por Pablo Silva. Desde París. Especial para La Opinión Austral.
En la cancha 9 del complejo de Roland Garros, Federico Gómez vivió un día redondo que mezcló épica deportiva y coraje personal. Tras ceder el primer set 4-6, el argentino ajustó su agresividad y derrotó al estadounidense Aleksandar Kovacevic por 6-4, 6-4 y 6-1, sellando un triunfo que celebró con el puño en alto y la mirada puesta en un torneo histórico para el tenis.
Gómez admitió que, en el momento clave, actuó sin ceder al vértigo: “Trataba de no pensar, tenía que hacer mis cosas, mis juegos. Cuando tuve los match points, supe confiar en mi saque y mantener la calma”, explicó. Recordó además que hace un año jugaba torneos de baja categoría y que este avance en Roland Garros “es un premio al esfuerzo” tras meses “muy difíciles” en los que apostó por el circuito ITF y sufrió la frustración de resultados que no reflejaban su nivel real.
El primero de marzo, Gómez compartió en Instagram una carta abierta en la que relató haber atravesado “pensamientos suicidas” y “momentos muy duros” en los meses previos. Con honestidad conmovedora, reveló que decidió buscar ayuda y encontrar “el impulso para volver a salir a la superficie”, un testimonio que cientos de deportistas celebraron.
“Querido tenis…El deporte que me lo ha dado todo y a la vez me ha quitado tantas otras cosas. Siento haber tocado fondo, pero a su vez quiero agarrarme de esta situación para agarrar impulso y empujarme hacia arriba para volver a salir a la superficie. No lo he podido hablar con nadie, así que busqué la mejor opcion según mi parecer. Esto quizás tome por sorpresa a muchos pero el 2024 fue sin dudas el mejor año de mi carrera tenística, pero a su vez, el peor año en cuanto a lo personal, y este último tiempo no fue la excepción. Los últimos 6 meses han sido de los más duros que me han tocado vivir como ser humano. Convivir con pensamientos de dejar el tenis por completo, de realmente cuestionarme si todo esto realmente vale la pena y hasta incluso en reiteradas ocasiones pensamientos suicidas de no querer vivir más y dejar este mundo, los cuales se me hace muy difícil expresar pero quería que lo sepan para que puedan entender acciones o comportamientos que posiblemente tuve en este último tiempo y esto busca explicar un poco eso. Me cuesta mucho escribir todo esto sin llorar a más no poder, pero creo que es la mejor decisión que pude haber tomado en este momento para sacarme este gran peso que siento encima y me come la cabeza 24/7. Todo esto no lo escribo buscando algún minuto de fama, sino que lo hago para que sepan y entiendan que todos tenemos luchas internas que estamos viviendo a pesar de no ser demostradas u ocultadas en el día a día. . Espero que después de abrirme un poco (algo que tanto me cuesta) pueda sentirme un poco mejor conmigo mismo y poder vivir un poco más en paz haciendo lo que amo que es jugar al tenis. Estoy agradecido de tener la gente que me rodea y que busca sacar lo mejor de mí aunque esto sea una tarea muy difícil. Intentaré volver a tener esa alegría natural que me caracterizaba y principalmente volver a sentirme bien conmigo sabiendo que “its okay not to be okay”. Como dije antes, me genera un dolor enorme abrirme de esta manera pero sentía la necesidad de contarles un poco mi situación. Sigo buscando mi mejor version. Trabajaré para buscar ese bienestar emocional que alguna vez sentí.
Atte, El gordo Gomez”.
En conferencia de prensa, el cordobés valoró además el entrenamiento de casi dos horas que sostuvo con Novak Djokovic justo antes de la primera ronda. “Fue una sesión bidireccional en la que trabajamos la lectura de saque y la posición de pies; me corrigió detalles que fueron clave para mantener el ritmo durante los cuatro sets decisivos”, dijo. Para Gómez, esos consejos fueron “la chispa que encendió la confianza” y reforzaron su convicción de “jugar con la cabeza fría y el corazón caliente”.
La repercusión de su historia no terminó ahí: Novak replicó en su momento tras el posteo de Federico, en sus redes una foto de Gómez con el mensaje “Fuerza amigo, siempre hay luz al final del túnel”, un guiño de solidaridad para el argentino.
Este triunfo no solo reaviva la ilusión argentina en Roland Garros, sino que pone en primer plano el debate sobre la salud mental en el deporte. Gómez demostró que el tenis —como la vida— se gana partido a partido, tanto dentro como fuera de la cancha. El próximo jueves, enfrentará al número 81 del Ranking ATP, Cameron Norris, pero antes celebrará esta noche con la certeza de haber superado no solo un gigante americano, sino también sus propias sombras.
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