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La cuenta regresiva ya comenzó en la Liga de Fútbol Sur y en Ferrocarril YCF el reloj corre al ritmo de dobles y triples turnos. “Arrancamos a mediados de julio, ya arrancamos a movernos tranqui, despacio con el tema del clima”, explicó a La Opinión Austral el entrenador Eduardo Belmonte, quien conduce a la Primera y coordina la integración con la Cuarta —reserva del plantel superior— para alimentar la base de minutos y dar rodaje a los juveniles.
El plan de trabajo combina espacios al aire libre y preparación bajo techo, según lo permitan las temperaturas. “A medida que se podía, trabajábamos en el sintético de afuera de la cancha de Ferro; después, en la sede, en el gimnasio adentro, si estaba muy frío”, precisó el técnico. La idea, subrayó, no se limita a la puesta a punto física: “Trabajando siempre en función de seguir aprendiendo, de seguir enseñando a los pibes lo que venimos enseñando, que son valores, educación futbolística, lo que es el deporte.”
En materia de planteles, Belmonte confirmó continuidad y algunos movimientos puntuales. “Arrancamos con las mismas caras; por ahí, algunas bajas, pero es en función más que nada de lo que respecta a unas sanciones que nos han aplicado la liga”, dijo. A la par, el cuerpo técnico y la dirigencia gestionan ante la LFS: “Estamos… viendo qué posibilidades hay de que se reduzcan, que se bajen, porque en el fondo vimos que fue mucho, pero bueno, eso es cuestión dirigencial”.
Del lado de las llegadas, el panorama es prudente y con mirada de proyección. “Se ha sumado gente que ha venido a colaborar con el club, a ponerse bien en forma, a trabajar en función a largo plazo. Vamos a ver si lo podemos incorporar para que tengan algunos minutos, pero después siempre seguimos siendo los mismos”, explicó Belmonte, ratificando la apuesta por sostener una identidad de juego con base en el semillero.
Mientras el fixture termina de ordenarse, Ferro ya pisa la pelota con un cronograma estable: “Trabajamos martes y jueves en cancha —martes, cancha de Boca; jueves, cancha de Boxing—, una horita por lo menos para trabajar; y después, lunes, miércoles y viernes en el sintético de Ferro afuera, en espacio reducido.” La logística multi-sede, habitual en invierno, permite asegurar carga aeróbica, coordinación y repeticiones técnicas sin resignar intensidad, y suma volumen de trabajo a la Cuarta para que los juveniles lleguen listos a la competencia.
El deseo institucional se enlaza con una necesidad operativa: “Vamos trabajando… a la espera del ansiado estadio para poder trabajar en las condiciones que uno quiere”, sostuvo el entrenador. La referencia remite a la importancia de contar con un escenario propio y disponible, clave para crecer en tiempos, rutinas y planificación integral.
Con el silbatazo inicial cada vez más cerca, Belmonte cerró con una consigna clara: “Estamos en ese proceso, tranqui, esperando el inicio del campeonato y, bueno, seguir metiéndole, no queda otra.” En Río Gallegos, Ferro eligió una ruta conocida: orden, trabajo diario y convicción en la formación. La pelota, como siempre, dirá lo suyo cuando la red vuelva a moverse.
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