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Dólar fue la palabra dominante en los últimos días de la semana que pasó. Veto será la palabra que marcará la agenda en la que comienza.

Días de nervios, jugadas fuertes, negociaciones ocultas y decisiones políticas de cara a unas elecciones que todos entienden cruciales pero que aparecen con muchos interrogantes por una situación social difícil de comprender en toda su complejidad.

Un par de días después de la abrupta suba del dólar que llevó al presidente Javier Milei y a su equipo económico a presentarse a la noche ante un periodista amigo para bajar la tensión financiera, el primer mandatario firmó el veto al aumento a los jubilados, la ayuda a discapacitados y para el Garrahan. Este lunes saldrán oficializados en el Boletín Oficial.

Milei estiró los tiempos y firmó los vetos en el minuto final confiado en conseguir otros nuevos “héroes” -como los “87 héroes” que fueron al asado en la Quinta de Olivos-, que blindarán su decisión en Diputados, llamando “genocidas” a los legisladores nacionales que aprobaron estas leyes y acusando a la gran “traidora” -se llama Victoria Villarruel, y es la vicepresidenta-, de promover un golpe junto al kirchnerismo.

 

Muchos nervios.

La oposición convocó a una mega sesión para el próximo miércoles en la que quieren tratar el aumento al financiamiento universitario y los proyectos que impulsan los gobernadores para repartir fondos con las provincias, como temas principales. No incluyeron los rechazos a los vetos. La jugada sería jugar con el tiempo como hizo el presidente y discutirlos en plena campaña electoral, cuando sea más incómodo dar las explicaciones a los jubilados y a las familias con discapacitados por qué le negarán unos pesos de más.

Una campaña en la que ya pegó el dólar, provocando desajustes en el discurso oficialista que fue desde señalar que “no pasa nada” a denunciar un intento de desestabilización.

En lo político, el Gobierno asegura que “todo marcha según lo planeado” y que la suba del verde tiene un exclusivo origen político que resume como “riesgo kuka”. A contramano del discurso de Luis “Toto” Caputo, Milei sumó a dos bancos -no los nombró- como integrantes de este grupo desestabilizador.

El Fondo Monetario Internacional trajo alivio en un momento de tanta tensión y habilitó la llegada de otros 2.000 millones de dólares. Un respiro para el Banco Central y las reservas. Otro apoyo que llega desde el Norte.

Pero los movimientos del dólar provocan otro problema que sí puede pegar en el ánimo de los votantes: el traslado a precios. En el Gobierno esperan que ese traslado no se produzca de manera generalizada ya que encuentra como techo real la fuerte baja en las ventas de todos los productos. La recesión evitaría que suba la inflación. Trascendió que ante la advertencia de los funcionarios de Economía sobre la falta de reactivación, baja en las ventas y aumento de los despidos, Milei ratificó el camino. Lo fundamental es que la inflación mensual esté cerca del 1%, aún a fuerza de recesión y desempleo.

De todas maneras, los precios empezaron a venir recargados. La inflación de julio será superior a la de junio y agosto parece seguir el mismo camino. Los índices se alejan del punto y se acercan a los dos.

La semana que arranca muestra un cuadro político y económico complejo. En lo económico, el Gobierno buscará frenar que los precios se muevan hacia arriba y siembren dudas sobre el principal activo de campaña: la baja de la inflación. En lo político, cerrar los acuerdos -mucho trabajo para Guillermo Francos- con los opositores amigos para blindar los vetos en el Congreso y calmar a los gobernadores. Además, cerrar los acuerdos electorales que faltan, ya que el jueves vence el plazo para anotar alianzas.

El Gobierno insiste con “el riesgo kuka”. Apunta a que ese temor le asegure un caudal electoral suficiente para aparecer ganadores en las elecciones bonaerenses de septiembre y en las nacionales de octubre.

De izquierda a derecha: Claudio Vidal, Ignacio Torres, Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro y Carlos Sadir.

Pero cuidado. De pronto aparecen, de manera incipiente, otras variantes electorales que no son “kukas”. Los gobernadores de Santa Cruz, Santa Fe, Chubut, Jujuy, y Córdoba, –restos de Juntos por el Cambio, más el peronismo cordobés–, tienden a confluir en una propuesta para 2027. ¿Tienen posibilidades de crecer? Comienzan a circular varias ambulancias levantando “heridos” por el Gobierno. Una señal peligrosa para el oficialismo.

La economía sigue mostrando signos de fragilidad. Y en medio de este panorama el Gobierno busca “héroes” y denuncia “traidores y genocidas”. Una jugada de riesgo.

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